El Ayuntamiento de Elche ha ejecutado en menos de dos meses inspecciones en una veintena de talleres de calzado bajo sospecha de irregularidadtallerescalzado irregularidad, tras el incendio originado en un local clandestino local clandestino, en el que resultó herido grave un menor de 17 años. La Concejalía de Aperturas ha llevado a cabo un seguimiento especial sobre aquellos negocios con cierta peligrosidad, sobre todo, aquellos en los que se trabaja con gases, pinturas o colas, con el objetivo de evitar que se produzcan accidentes como el que ocurrió el pasado mes de marzo en un local de apenas 20 metros cuadrados, en el barrio del Cementerio Viejo, que no cumplía las normas.
En esta línea, de los 18 talleres sobre los que se emprendieron las inspecciones municipales, nueve cumplían con todos los requerimientos y permisos para ejercer su actividad. Mientras, tres de ellos carecían de la licencia ambiental obligatoria y otros cuatro precisaban de subsanaciones en el local. Por último, dos de las empresas sobre las que estaba prevista la inspección se encontraban clausuradas y sin actividad, cuando los técnicos municipales llegaron.
Ante ello, según el concejal de Aperturas, Carlos Sánchez, el Ayuntamiento ha puesto el foco de atención sobre estos negocios y ha exigido la documentación que les falta a los propietarios de los talleres, con trámites pendientes de resolver. «La mayoría de los que se ha inspeccionado y tenían todo en regla precisaban de cierto orden necesario para llevar a cabo el trabajo en condiciones y de forma segura», explicó el edil del área.
No obstante, al margen de las investigaciones realizadas, el Consistorio tiene previsto continuar con la campaña de inspecciones para fomentar la seguridad en los talleres repartidos por toda la ciudad y por el campo de Elche.
Y es que, según las primeras intervenciones emprendidas a lo largo de estos dos meses, los negocios bajo sospecha de irregularidad se encuentran muy dispersados por todo el término municipal. Los barrios de Carrús, Cementerio Viejo, Toscar y las partidas rurales han sido las zonas donde el Ayuntamiento ha puesto la lupa para comprobar si sus propietarios cumplían con la normativa estipulada.
La mayoría de ellos eran talleres de zapatos, fábricas de componentes de calzado y negocios de mecanizados. Asimismo, en todos los casos, el Ayuntamiento se encontró con empresas pequeñas, con cinco o seis trabajadores como máximo.
De esta forma, el edil de Aperturas reconoció la dificultad para detectar negocios clandestinos si nadie los da a conocer, incluso para las fuerzas de seguridad resulta complicado llevar cualquier tipo de actuación si no hay información. En esta línea, de las 18 inspecciones realizadas por el Consistorio, cinco de ellas fueron desencadenadas por quejas de los propios vecinos, que alertaron públicamente sobre la peligrosidad de los talleres.
Reclamos al Consell
En la lucha para poner freno a la economía sumergida, el equipo de Gobierno ha pedido recientemente a la Generalitat medidas contra el trabajo clandestino, ante la preocupación existente en Elche. El tripartito trasladó al Consell que, además de invertir en más inspectores, serían necesarias nuevas políticas para ayudar a las empresas y a los trabajadores a regular su situación.
Establecer ayudas para reflotar ese tipo de economía irregular y, en el otro extremo, el reconocimiento a las empresas que hacen las cosas bien fueron las principales propuestas trasladadas al Servicio Valenciano de Empleo, Servef, la pasada semana.
