Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Psicóloga y conductora del programa «Supernanny»

Rocío Ramos-Paúl: «Un niño necesita rutinas, hábitos y sentirse querido»

Ramos-Paúl ha visitado Elche en los últimos días como supervisora del proyecto pedagógico «Un abrazo de luz»

Rocío Ramos-Paúl: «Un niño necesita rutinas, hábitos y sentirse querido»

Rocío Ramos-Paúl, psicóloga -de sobra conocida por el programa de televisión «Supernanny»- ha dado forma al proyecto socioeducativo de la fundación «Un abrazo de luz» que se ha inaugurado esta semana en Elche, y que busca crear un espacio donde los niños, cuyos padres no tienen tiempo o recursos para proveerles de actividades extraescolares, puedan encontrar oportunidades. Allá donde va, es inevitable que le lluevan preguntas sobre casos personales, de padres preocupados o desorientados con infinitas situaciones particulares que no saben resolver. A ser padre no es que haya que aprender, es que nunca se llega a saber del todo. Por eso no hay ni buenos ni malos padres. Normas, límites, rutinas y hábitos están en primera línea de su discurso, pero junto a eso es irrenunciable que el niño se sienta querido.

¿Es la falta de tiempo de los padres uno de los grandes problemas de la crianza actual?

Es una realidad, desde el momento en que los dos trabajan y la vida nos pide que hagamos más cosas que antes. ¿Cómo se resuelve? Las familias se adaptan a las situaciones que van llegando, es verdad que la pareja tiene que hacer cesiones (vacaciones, salir a cenar...) para dedicarle tiempo a sus hijos. Los profesionales hablamos de la calidad del tiempo. El que tenemos es el que hay que aprovechar. El tiempo de calidad es el que le da la autoestima a tu hijo. Hay que crear momentos en los que sea el protagonista y eso no significa ir al parque de atracciones, sino perder veinte minutos en que aprenda a atarse los cordones, para que él perciba: «Soy tan valioso que mis padres están pendientes de mí». Y hay que dedicárselo todos los días.

¿Cómo son unos buenos padres y cómo son los malos?

No existen, ni los buenos ni los malos. Existen distintos estilos a la hora de educar. Podemos cometer errores, hay que errar obligatoriamente, porque es parte de esto. Ser el padre perfecto es muy aburrido, muy difícil y además genera muchos más problemas de ansiedad de lo que imaginamos. Lo que necesitan los niños son rutinas, hábitos y sentirse queridos. Son las claves para que un niño sea feliz. ¿Por qué? Porque se siente protegido, seguro, valorado... Y eso es la autoestima, eso le hace sentir feliz. A partir de ahí, podemos equivocarnos, dar un grito, castigar de más... Pero también valoraremos sus logros.

Hay otras corrientes, otros educadores y especialistas, que consideran que los niños de hoy ya tienen demasiados límites. ¿Para usted son irrenunciables?

Hay que tenerlos para que el niño aprenda lo que es adecuado o inadecuado. Eso no viene de serie ni hay un gen, se aprende con normas que tienen que ir seguidas de consecuencias. Si quiero que un comportamiento se repita, le digo que está bien o le premio; si no quiero que lo haga más, tengo que poner un castigo. A partir de ahí, el niño decide. Hasta ahora quizás hemos vivido con normas impuestas («Esto es así porque sí»), ahora les decimos: «Estas son las normas, y si te las saltas ocurre esto, si las cumples ocurre lo otro». Así le hago responsable de su comportamiento, desarrolla por ejemplo la empatía. Sabrá que si grita el día que mamá viene cansada probablemente genera un conflicto.

¿Cuántos límites y cuáles?

Ni muchos, ni muy estrictos, ni ninguno. Por lo demás, cada uno los determina en su casa.

¿Es contradictorio ser estricto con las normas y ser un padre o una madre cariñoso?

A cualquier padre le da pena poner una norma, tener que poner un castigo y ver a su hijo llorando. Pero hay que mirar a largo plazo. Si le digo «Cuando te pongas los zapatos te atiendo», en medio le tengo que dar una alternativa: «¿Quieres que te ayude a ponerte los zapatos?». De esa forma, no se queda solo. Pero si se los pongo yo, no sabrá frustrarse y será exigente.

¿Cuándo hay que dar el paso de pedir ayuda a un especialista?

Recomiendo ir al psicólogo siempre que encuentres una dificultad que no sepas resolver. No caigas en convertir esa dificultad en el día de la marmota, sabiendo que es algo que hay que abordar, posponiéndolo, dejando día tras día sin resolver el problema, sin llegar a la solución...

¿Deberes sí o deberes no?

Creo que el debate no es ese, sino que hay que racionalizar los deberes. Desde mi punto de vista, tener una tarea diaria fomenta muchas cosas (atención, concentración, memoria, constancia, esfuerzo...), pero no tiene que ser siempre del mismo tipo. Cada niño tiene que tener un tiempo de estudio acorde a su edad. Es bueno tener tareas que cumplir, pero no toda la tarde.

¿Sobre los casos que trató en el programa de televisión ha mantenido un seguimiento?

Para el programa plantee que solo se tocaran cuestiones que tuvieran que ver con conducta, no con lo emocional ni con lo cognitivo, porque eso hay que verlo con tiempo y no lo teníamos. Pasada la grabación tenía cierta relación con ellos, había quien nos decía que le iba bien y sabíamos que no, hay que gente que ha venido tiempo después a la consulta, o nos ha peguntado dudas... Por supuesto que son casos reales, no es nada extremo, pero solo se ve uno de cada 60 minutos grabados, para presentar un problema concreto de un comportamiento concreto, y la resolución posterior. Es todo real, pero solo emitimos los minutos en los que se está presentando el problema, los niños no están siempre así.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats