La crisis de China puede tener consecuencias positivas para el tejido industrial de la provincia, donde tiene un gran peso el sector del calzado. Actualmente, indican los expertos, la tendencia que se está registrando es la de la huida de inversiones en el gigante asiático, donde su población demanda mejores salarios. Una huida de inversiones que favorece la relocalización de empresas que tengan sus líneas de producción en China, y a las que ya no va a seguir saliendo tan rentable permanecer allí.
El director general de Gesem EAFI, Sergio Serrano, destacó que «China está experimentando un cambio de modelo, dejando de ser la fábrica del mundo, para producir menos y fomentar el consumo interno, lo que conlleva un incremento de los salarios». De esta forma, se está registrando un aumento en el consumo en China frente a un descenso en la fabricación de productos.
Sergio Serrano apuntó que «el efecto para, por ejemplo, la industria del calzado, es variado». Y es que, por un lado, el fabricante se enfrenta a un mercado muy exigente, que requiere productos de buena calidad, donde puede encajar parte de la producción zapatera, mientras que, por otro lado, resulta menos ventajoso fabricar en China, por lo que la mejor opción en estos momentos es realizar inversiones en las fábricas de la provincia.
«Ya no resulta tan competitivo fabricar en China, como, por ejemplo, en Marruecos o Portugal, porque los salarios están subiendo, al igual que los costes para traer el producto a España», apreció el experto de la consultoría Gesem.
Una valoración que el presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español, José Monzonís, aceptó. Desde la patronal están de acuerdo en que la evolución de los mercados hace cada vez más necesario centralizar la producción. Monzonís valoró que «las tiendas demandan producto a reposición, por lo que hay que reducir los tiempos de respuesta, y traer la producción desde China ralentiza mucho el proceso, es más factible tenerlo aquí».
El director del área de economía de Fundesem, Federico Ortolá, también valoró que el efecto negativo de la crisis China es que «pierde fuerza en el mercado internacional, y deprime al resto de economías». No obstante, Ortolá apuntó que «el lado positivo para la industria del calzado, es que cuenta con un mercado en el que vender su producto».
Desde Fundesem también valoraron que, dadas las condiciones actuales del mercado internacional, «para las empresas va a resultar más beneficioso hacer infraestructuras en la provincia. La situación actual es favorable a la relocalización».
Una circunstancia favorable para que el sector empresarial se asiente en la provincia que se suma, según dijo Federico Ortolá, a que «es más fácil conseguir financiación en España, y es una tendencia que se espera que se mantenga durante los próximos años». Además, el experto destacó que «las empresas han aprendido a fabricar aquí, y a vender fuera desarrollando estrategias a través de las redes sociales».
El catedrático de Economía de la Universidad Miguel Hernández, José María Gómez Gras, aseguró que la «incidencia de la crisis china es diversa, ya que el país está creciendo a un menor ritmo del que se esperaba, afectando negativamente a las exportaciones». Y es que, como también reconocen desde la patronal del calzado, la crisis del gigante asiático ha influido en la desaceleración de la exportación de calzado, que se contuvo durante los últimos meses de 2015, tras continuas rachas de crecimiento. Desde el sector zapatero de la provincia aseguraron que la situación china influye negativamente en el comercio internacional, y, por lo tanto, en las exportaciones.
Combustible
Sobre la caída del precio del petroleo, el presidente de FICE, José Monzonís, valoró que «lo que podía tener un efecto positivo, al abaratar costes de logística, se está convirtiendo en un elemento de riesgo para el crecimiento, influyendo como un factor de riesgo en la bolsa, generando incertidumbre».
