La pasada semana un grupo de vecinos que viven próximos a un solar ubicado cerca de las calles Jaime Águeda Torregrosa, María García Ferrández y Juan Manuel de la Morena, en el barrio de El Toscar, daba a conocer públicamente la situación de abandono y conflictividad de un descampado que, en teoría, debía ser zona verde, una propiedad, en su mayoría, municipal.
En aquel entonces se aseguraba que había sexo de día, venta de droga por la noche e, incluso, robos en las viviendas de planta baja, además de una total ausencia de limpieza y atención a esta zona.
Ante esta situación, el concejal de Limpieza y Mantenimiento de Vía Pública, Héctor Díez, se ponía de inmediato en contacto con la parte denunciante y anunciaba una inminente reunión con ellos para buscar soluciones a los problemas.
Dicho y hecho, el concejal desembarcó ayer en el lugar «conflictivo» acompañado por el también edil de Participación Ciudadana, Felip Sánchez, y los jefes de mantenimiento de vía pública, alumbrado público, el inspector de limpieza municipal y un representante de la unidad de Barrios de la Policía Local.
Tras reconocer el terreno, escuchar las demandas de los residentes -también hubo representación de la Asociación de Vecinos de El Toscar, de la constructora que en parte tiene cierta responsabilidad sobre la parcela, así como del colegio Jaume I, ubicado muy próximo a ese enclave- e intercambiar impresiones, los representantes municipales trasladaron lo que podían y no podían hacer.
Héctor Díez declaró a este diario que primero se va a estudiar si se puede colocar zahorra o asfaltar esta zona para darle algo de normalidad. Esto último adelantó que lo ve complicado por razones presupuestarias.
Asimismo, dentro de esta batería de medidas, anunció que el actual aparcamiento se va a dividir en dos, para evitar así que se siga utilizando como acceso para ir de una calle a otra, por encima de las aceras y dañando a éstas.
De igual modo se van a arreglar las baldosas -desde la constructora también hay intención de acometer en su parte una actuación similar- en todo el perímetro y se colocarán bolardos para delimitar los accesos a cada una de estas dos zonas de aparcamiento.
La calle peatonal que aquí se encuentra también se va a arreglar, incluso está previsto colocar maceteros, y se quiere mejorar también la iluminación.
Paralelamente, se anunció que la Policía Local va a intensificar la vigilancia y también se va a poner especial énfasis en el control sobre los propietarios de mascotas que no recogen los excrementos.
La empresa de limpieza Urbaser también tiene la encomienda de actuar aquí, algo que ya hizo ayer, y también el Ayuntamiento va a requerir al propietario de una nave abandonada que tome medidas ante los desprendimientos de una de sus fachadas.
Sandra Boniquet, en nombre de los residentes de la zona, quiso en primer lugar agradecer la colaboración de todos, así como el interés que ha mostrado estos últimos días el Ejecutivo local. Pero también afirmó que el encuentro de ayer no había sido todo lo satisfactorio que pensaban. Boniquet reconoció que ya hay más presencia policial y que ayer se limpió, pero que por la tarde el solar estaba de nuevo repleto de defecaciones.
Los vecinos lamentan que algunas cosas el Ayuntamiento no pueda acometerlas «por falta de presupuesto», piden que de verdad se tome en serio este problema -«que no sea un parche»- y avisan de que si tras un margen de tiempo prudencial no ven cambios, volverán a hacerse notar para que no se olvide.
Por último, el colectivo vecinal quiso lanzar un mensaje de tranquilidad con respecto a la colonia de gatos que al parecer aquí se encuentra y que también ha originado algún que otro inconveniente. «Queremos decir a los defensores de los animales que no vamos a exterminar ningún gato, que los vamos a poner bajo la atención de una protectora de animales», aclaraba por último Boniquet, que espera que, esto sea el principio del fin de buena parte de los problemas de este entorno de El Toscar.
