Atribuyen a Napoleón aquella frase que viene a decir que lo difícil se consigue y lo imposible se intenta. Eso más o menos es lo que vienen a defender desde la Plataforma Elche Piensa, un colectivo que aspira a convertirse en un «think tank» o laboratorio de ideas, que acaba de nacer en el seno de la Asociación Tertulia Illice, y que ahora llega con un objetivo muy claro: proponer la hoja de ruta de lo que quieren que sea el Elche de sus hijos y de sus nietos. Los puntos de partida son contundentes: abogan por un área funcional en la que estén Elche y Alicante como centros vertebradores. Nada de área metropolitana, como se ha venido sosteniendo desde varios foros desde hace no pocos años. Eso acabaría colocando a Elche en una situación de desventaja con respecto a la capital, alegan. Defienden eso, y la necesidad de que lleguen más inversiones, pero no sólo inversiones básicas de esas que van a los servicios públicos, sino también inyecciones de las que dan un plus o, como ellos mismos dicen, «inversiones diferenciadoras», como la OAMI, el ADDA, el Marq o el Centro de Tecnificación, todas en Alicante.

Desde la plataforma, su portavoz, Juan Antonio Marín, y el abogado Santiago Gambín, no lo dudan: «Históricamente ha habido un desequilibrio en el reparto de las inversiones públicas. Todo se ha concentrado en Alicante», denuncian, y así lo plasman también en el documento en el que llevan trabajando en los dos últimos años y que ahora están presentando a todo tipo de colectivos y al Ayuntamiento. La ausencia prácticamente total y absoluta de representantes de Elche en puestos decisivos y decisorios de las administraciones central o autonómica o simplemente el hecho de que, al final, el Ayuntamiento acababa llegando donde no lo hacían otras instituciones -como ocurrió en las expropiaciones de la UMH- explican, a su juicio, una situación -la de la falta de inversiones- que se ha ido agravando año a año.

Con estos puntos de partida, la plataforma considera que es el momento de invertir la tendencia, y de empezar a atraer inversiones públicas y privadas para empezar a equilibrar el peso entre Elche y Alicante, a través de un plan estratégico que trabaje en este sentido. También ponen deberes al Ayuntamiento: en su opinión, debería elaborar un estudio comparativo del área funcional de Elche y Alicante y otras similares.

Por lo que respecta al caso concreto de Elche, creen que es lógico que el crecimiento de la ciudad se plantee hacia el este y hacia el oeste, en parte también porque así lo marcan las limitaciones que imponen las sierras al norte del término municipal y al sur el uso rural del Camp d'Elx. Ahora bien, teniendo claras esas premisas, lo que argumentan es que hay que compatibilizar las actividades que puedan resultar atractivas para el norte de la provincia en el este de Elche, como se hizo con el aeropuerto o con IFA, y las que puedan serlo para la Vega Baja, en el oeste, como los centros comerciales.

Finalmente, presentan una batería de propuestas relacionadas con todos los ámbitos, desde la cultura, al urbanismo, pasando por la economía o la descentralización de servicios administrativos que puedan llegar a tener una sede en Elche.