Quisieron causar una buena impresión y lo consiguieron. El instituto de Torrellano prácticamente se volcó ayer por la mañana en realizar un gran recibimiento a los 23 alumnos franceses y a sus dos profesores que, hasta el 10 de marzo, estarán alojados con familias de la citada pedanía y de otras adyacentes, todo ello dentro de un programa de intercambio Erasmus.

Los galos, de primero de Bachillerato, con edades entre los 15 y los 16 años, fueron agasajados y recibieron la bienvenida en el centro educativo por parte del director, José Vicente Orts, de sus compañeros españoles y de los padres de éstos.

«Nos dicen que hemos puesto el listón muy alto, que cuando vayamos nosotros no saben si lo van a poder superar», explicaba ayer Carmelo Pardo, docente de Francés y uno de los responsables de esta iniciativa que, en última instancia, busca que jóvenes de los dos países, a través del castellano y el francés, se den a conocer mutuamente sus respectivos sistemas educativos y culturas.

La expedición francesa procede de la localidad de Dieppe, en Normandía, y será allí donde acudan, a partir del próximo mes de octubre, unos 23 alumnos del mencionado instituto ilicitano.

Pero, hasta que eso ocurra, el grupo francés tiene una agenda muy apretada por delante. De hecho, ayer mismo estaba previsto que giraran visita a la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) y también al Mercado Central de Alicante.

Murcia, Valencia o el propio casco urbano de Elche serán algunos de los muchos lugares que también podrán conocer, una serie de compromisos que culminarán el próximo jueves con una fiesta musical en el instituto de Torrellano, con aportaciones creativas de integrantes de ambas nacionalidades.

«Es un programa plurilingüe puesto en marcha para comunicar a través del idioma la cultura y poder comparar los sistemas educativos», añade Pardo, quien, junto con la profesora de Matemáticas Mercedes Puchol están prácticamente al frente de una iniciativa muy complicada de coordinar, pero muy gratificante, sobre todo para los alumnos, ya que sin darse cuenta aprenden unos de otros.

Asimismo, las familias ilicitanas de acogida están encantadas con sus huéspedes temporales y, como ayer se vio en el salón de actos del instituto, donde tuvo lugar la recepción, a buen seguro mimarán y cuidarán de ellos mientras dure su estancia. Al final de esta experiencia, a buen seguro que nacerán muchos lazos irrompibles entre familias de Torrellano y de Normandía.