Toda una escenificación del orgullo de una profesión. Eso fue ayer el acto del Ilustre Colegio de Abogados de Elche organizado con motivo del patrón San Raimundo de Peñafort, en el que se dio la bienvenida a trece nuevos letrados, se felicitó a diez por cumplir 25 años de ejercicio y a tres por alcanzar los 50 (Francisco Millán Muñoz, José Sánchez Roca y Francisco Sanmartín Vergel). Tres reconocimientos más fueron fundamentales ayer, puesto que tres eran las medallas al Mérito en el Servicio a la Abogacía que se iban a entregar en reconocimiento de trayectorias singulares y brillantes, como las definió el decano de los abogados de Elche, Vicente Pascual. La tarde se tiñó entre unas cosas y otras de un marcado carácter femenino, comenzando porque once de trece nuevos letrados son mujeres, porque asistió la primera presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, y porque una de las medallas se le entregó a la primera mujer colegida en Elche, Ceferina Soriano Martínez, una pionera que abrió camino ejerciendo a partir de 1972, cuando «no era momento para los derechos y libertades de los ciudadanos, mucho menos de las mujeres», según dijo Ortega, y que ha defendido los derechos de las mujeres divorciadas o amas de casa, expuso el decano.

Muy emotivo fue el recuerdo a Vicente Serna Orts, cuya hija Laura Serna Climent recogió una medalla que le llega a título póstumo, puesto que falleció diez días antes a causa de una enfermedad degenerativa. Francisco Prats Bernat, oficial mayor letrado del Ayuntamiento de Elche durante décadas, completó también un reconocimiento al ejercicio independiente de la profesión.