Nunca es tarde para aprender a trabajar la palma blanca, y prueba de ello es el éxito de los talleres de palma que se llevan a cabo en el Huerto de San Plácido, de la mano del Ayuntamiento. Cada temporada, de noviembre a mayo, pasan por él una treintena de personas de todas las edades, aunque principalmente personas mayores.
La monitora del taller, Conchi Rodríguez, explica que «en el taller se aprende y se perfecciona». Y es muy habitual que los usuarios acudan a él para preparar personalmente las palmas que después regalan a sus familiares.
Además, los miembros del taller tienen desde hace varios años un encargo especial, y que cumplen, que es elaborar la decoración, en palma blanca, que se coloca en el «Pas de la burreta».