En un ejemplo de humanidad y altruismo sin reservas, los propietarios de una importante empresa ilicitana de calzado, que prefieren mantener su identidad en el anonimato, asumirán los gastos necesarios para la integración a través de una escolarización con atención individualizada de una niña de tres años ciega y afectada por una parálisis cerebral severa que implica la necesidad de un apoyo constante durante toda la jornada escolar.

La contribución económica realizada abarcará el curso lectivo al completo y permitirá la presencia de psicólogas, logopedas, fisioterapeutas y educadoras cualificadas en el día a día de la joven, recientemente incorporada a las aulas de integración de la unidad de respiro de la Fundación Salud Infantil. «A mi hija le ha cambiado la vida», aseguró su padre.