El alcalde, Carlos González ha pedido tranquilidad y confianza a los placeros, tras su amenaza con llevar a los tribunales al Consistorio por la demora del Mercado Central. El primer edil replicó a los vendedores que judicializar este asunto «sería complicar más las cosas» y por ello ha pedido tranquilidad y confianza «porque es una prioridad para nosotros y estamos trabajando en la solución».
Ante el último paso adelante del colectivo de placeros asentados en el mercado provisional que mostraron su intención de llevar acciones legales, penales o civiles si no se ponen en marcha de inmediato las obras, González ha manifestado que una denuncia supondría un bloqueo.
«La solución al problema que representa un proyecto que nació sin ningún consenso social ni político, no son los tribunales. Judicializar el asunto sólo sería complicar más las cosas», apuntó.
Por ello, el alcalde defendió que el único camino para resolver «este gran error del PP que es el nuevo mercado, es el diálogo y la negociación entre placeros, empresa adjudicataria y gobierno municipal y quienes desde el primer momento han optado por el enfrentamiento constante con el gobierno no ayudan a resolver el problema». Pese a las demoras en dar luz verde a las obras, Carlos González aseguró que el proyecto del Mercado Central no ha estado paralizado ni un sólo día desde que es alcalde y que es una «prioridad». Con ello, el máximo responsable del Ayuntamiento achacó que los populares dejaran adjudicado el Mercado y recordó que ha sido el actual gobierno el que ha requerido a la empresa la presentación de documentación esencial, para aprobar el proyecto definitivo. Asimismo, González se escudó en las 50 deficiencias que se han tenido que subsanar y aseguró que los técnicos están elaborando minuciosamente los informes, y cualquier decisión que se tome «deberá atenerse a la legalidad y en ningún caso a la arbitrariedad», apuntó.
El alcalde recordó que hasta la empresa se ha visto obligada a cambiar la propuesta de circulación de vehículos del aparcamiento y que han pasado de derivar el tráfico de salida al puente de Altamira por el Carrer Major de la Vila a enviarlos por las Cuatro Esquinas en dirección a Alfonso XII. «Esto representa una modificación sustancial que exige no sólo un análisis técnico, sino también una reflexión en profundidad sobre qué modelo se quiere para el centro histórico y comercial», concluyó.
