Nacido el 29 de mayo de 1911, Andrés Campillo Bermejo falleció en el día de ayer a los 104 años. Una récord de longevidad que le convertía en el hombre con más edad residente en Elche.

Pese a ser natural de Orihuela, Andrés vivía en la localidad ilicitana desde 1972. Fue trabajador de Renfe hasta su jubilación, aunque su enorme vitalidad le impidió parar y hasta hace escasamente una década regentaba un puesto de fruta del mercado de la plaza de Barcelona. Precisamente, en la capital catalana también pasó una etapa de su vida. Sin embargo, sus más allegados no dudan en afirmar que la principal dedicación de Andrés, al que definen como «la persona más humana del mundo», fue su familia. Tuvo dos hijos, seis nietos, siete bisnietos y hasta un tataranieto que también llegó a disfrutar plenamente.

Y es que, pese a su elevada edad, Andrés padecía únicamente los inevitables achaques de la vejez, sin enfermedades que lastraran su día a día. Incluso dicen de él que gozaba de una mentalidad abierta y despierta que le rejuvenecía. Pero en el último tramo del pasado año, empezó a debilitarse hasta poner fin a una larga vida de pasión y sacrificio por los suyos.