En una sola semana se han incendiado en el término municipal de Elche seis coches mientras circulaban por carreteras, calles del casco urbano o mientras estaban aparcados. En casi todos los casos el fuego se ha iniciado por fallos o averías mientras el motor estaba en marcha, algo que sugiere que el mantenimiento de algunos de esos vehículos podría ser deficiente. Así lo creen desde la Federación de Automoción de la Comunidad Valenciana (FAUTCOVA), la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (FEMPA) y la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines de la Provincia de Alicante (ATAYAPA). Su presidente, Guillermo Marco, reconoce que en los últimos tiempos se está detectando que con el objetivo de ahorrar gastos los propietarios de vehículos descuidan su mantenimiento o acuden a talleres mecánicos ilegales o con irregularidades, en los que la falta de profesionalidad o la clandestinidad de las reparaciones conllevan riesgos.
En la última semana, los bomberos del Parque Comarcal del Baix Vinalopó tuvieron incidencias de este tipo prácticamente todos los días. El mismo lunes a las 17.40 horas acudieron a un incendio de vehículo en la Nacional 340, entre Elche y Crevillent, y al día siguiente a las 19.40 horas apagaron otro turismo en la calle Oscar Esplá. El miércoles no fue menos, y se produjo un incendio de vehículo en un descampado junto a la calle Clara Campoamor y el colegio Ausiás March pasadas las 18 horas. El jueves, doblete: El primer aviso fue en torno a las 14.30 horas porque había un vehículo ardiendo en la calle José Joaquín Landerer y apenas media hora después, sin que hubiera tiempo siquiera para regresar al Parque de Bomberos, se produjo un nuevo aviso; fue instantes antes de las 15 horas, en la carretera de Elche a Aspe. El domingo, otra vez, en la autovía A-70 (a la altura del punto kilométrico 535) fue necesario apagar otro coche en llamas.
Ilesos
Afortunadamente, los conductores y ocupantes de los vehículos tuvieron tiempo de salir ilesos y ponerse a salvo al apreciar algo de humo, olores sospechosos o las primeras llamas en el motor. Sin embargo, los expertos subrayan que este tipo de incidentes -del mismo modo que otros relacionados con el mal mantenimiento, como podrían ser fallos en los frenos o en los neumáticos- son un riesgo para la seguridad vial no sólo de los dueños de esos coches sino de todos aquellos con quienes comparten calzada.
Guillermo Marco señaló que «en talleres ilegales y con reparaciones clandestinas no hay ni factura ni garantía y el mantenimiento se hace al mínimo; unas pastillas de freno mal puestas pueden causar un accidente, y eso es lo que ocurre cuando se reparan coches en cualquier parte; no debería permitirse porque si alguien llama en su casa a un fontanero que no es legal asume un riesgo en su propia vivienda, pero si lo hace con un coche está causando un peligro para la seguridad vial».
El motivo de que los clientes acudan a este tipo de talleres está en que «se intentan evitar gastos, pero un latiguillo de gasolina flojo o agrietado que tenga pérdidas o un cortocircuito que afecte al aceite o la gasolina pueden generar incendios». Guillermo Marco también incide en que «los vehículos de hoy en día llevan mucha electrónica que es compleja y quien no tiene conocimientos suficientes puede cometer fallos en su reparación, por eso insistimos en que se acuda a talleres que estén dados de alta en Industria y que dispongan de la correspondiente placa con número de registro».
En este marco, tanto el Seprona como la Policía de la Generalitat (que puso en marcha una operación específica denominada «Clau Anglesa») peinan periódicamente los talleres mecánicos para revisar permisos, licencias o gestión de residuos. La propia asociación ATAYAPA dispone de boletines anónimos de denuncia que se pueden interponer ante la sospecha de irregularidades y que se hacen llegar a la Conselleria de Industria o la Policía de la Generalitat. Sólo en 2014, como concreta el vicepresidente de la asociación, Luis Mascaró, se notificaron 120 de estos partes de la provincia a la comisaría de Elche, que procedió a revisarlos.
