Una dotación de bomberos con un brazo articulado y efectivos de Policía Local se encuentran esta mañana revisando varios de los edificios del barrio de San Antón, en concreto el espacio entre las tejas y los techos de las casas de los pisos más altos. Por esos huecos, según los vecinos, se cuelan desde hace años palomas que acumulan restos biológicos cuyo peso haría ceder escayolas en las casas. Los bomberos han revisado cuatro edificios entre las calles Saoní y Aladia, y a priori no consideran que la presencia de palomas sea suficiente para provocar desprendimientos. El Ayuntamiento hizo público hace unos días un informe de 2008 encargado por Pimesa a la empresa Eurolosa en el que se reconocía la presencia de palomas ya hace siete años entre oquedades de los tejados, pero se apuntaba al deterioro y sobre todo a la falta de mantenimiento como causa de los problemas de los edificios.