Falta de protección a la víctima y necesidad de aplicar una mayor disciplina contra el agresor. Esta es la realidad que ha detectado la Policía Local de Elche en los colegios e institutos donde este año ha habido un repunte de casos.
Y es que, cinco colegios de la ciudad han acogido situaciones graves con alumnos a lo largo de este año, lo que ha desembocado en que los niños que han sufrido el también conocido «bullying» se hayan visto obligados a cambiarse de centro. Mientras, los escolares que han acosado a algún compañero han podido permanecer en su colegio o instituto, sin que la dirección haya decidido expulsarlos.
En este sentido desde el EVIME, el equipo sobre la Violencia de la Mujer y Menores de la Policía Local recalcaron la necesidad de buscar herramientas más efectivas, además de sus planes de prevención, para evitar este tipo de conflictos traumáticos entre los escolares, sobre todo aplicar una mayor contundencia sobre el agresor.
Con ello, los agentes especializados han alertado de la inexistencia de tolerancia cero en el acoso escolar, por lo que acentúan la importancia de trabajar sobre los niños acosadores, de una manera más seria y dejar de considerar a la víctima como una molestia para el centro.
Por ello, la concienciación en las clases se ha convertido en un reclamo también para erradicar el silencio del resto de compañeros que son testigos del maltrato.
Desde la Policía Local señalaron, además, que algunos padres se han visto obligados a llevar informes psicológicos de sus hijos a las dependencias educativas para pedir medidas inmediatas.
«Cuando recurren a la Policía para denunciar que sus niños han sufrido maltrato en el colegio el daño ya es muy grave», explicó Manuel Calvache, inspector responsable de la EVIME en Elche.
Y es que, a ello se suma el gran vacío legal que existe con los menores de 14 años a la hora de juzgarlos.
Junto a estos obstáculos, Elche lleva tres años sin convocar una reunión socioeducativa global con todos los agentes implicados en los que se abordaban problemas de convivencia y violencia escolar, pese al repunte de casos en los últimos meses.
Según la EVIME, este tipo de comisiones, que se realizaba de manera periódica, contaba con representantes del Ayuntamiento y la Conselleria, Fiscalía de Menores, profesores y agentes de seguridad para sacar a la palestra cada conflicto y comunicar situaciones concretas.
Síntomas
Así las cosas, según los expertos, los escolares que sufren «bullying» en las aulas padecen una pérdida de autoestima continuada, depresión e incluso no quieren ir al colegio o al instituto. Además, se sienten aislados y el rendimiento escolar baja en picado, según Alejandra Llopis, agente especializada en el acoso escolar. En el caso de los niños, el hostigamiento se presenta más directo con la intimidación, la amenaza, el insulto etc. Mientras que las niñas son víctimas de la manipulación, la marginación y el desprestigio.
Desde la Policía también han evidenciado que, en algunos casos, los escolares que se exponen al «bullying» arrastran este tipo de traumas desde los cuatro años.
