Hartos de esperar viendo pasar el tiempo y viendo caer los techos, una treintena de vecinos de San Antón registraron ayer en la Oficina Municipal de Atención al ciudadano (OMAC) sendos escritos dirigidos al alcalde, Carlos González, en el que piden que ponga soluciones al problema higiénico y de seguridad que suponen las palomas en el barrio. Como viene informando este diario, en el último mes han sido hasta tres las viviendas en las que se desplomado el falso techo de habitaciones o salones, con la buena fortuna de que nadie ha resultado herido pero dejando al descubierto que en el espacio entre las azoteas y el techo de las últimas plantas hay una acumulación de peso excesiva que se debe fundamentalmente a las heces de palomas y a los cadáveres y nidos de estas aves, que durante años se están colando por huecos que no deberían estar ahí y deteriorando aún más el ya de por sí precario estado de las viviendas.
Puntales para asegurar la escayola y cubos para recoger kilos y kilos de excrementos que caen hasta por los agujeros de los ojos de buey son el día a día de los vecinos de las últimas plantas en tres bloques distintos del barrio. Lo han estado denunciando públicamente, pero según el vecino Cristóbal Valera (del Círculo Podemos de San Antón), en el Ayuntamiento les han venido respondiendo que registren formalmente sus quejas porque de lo contrario no hay constancia de ellas.
Con ese ánimo han preparado un escrito que han firmado unos treinta vecinos y particulares y que ayer se registró para que sea entregado al alcalde, haciéndole saber «el problema higiénico-sanitario con el que convivimos los vecinos de San Antón, debido a los años que llevan las palomas anidando en los bloques del barrio».
El escrito continúa exponiendo que «la excesiva acumulación de excrementos y restos biológicos de estas aves» supone un peso tal que ha provocado el desplome de partes del tejado sobre las viviendas de las últimas plantas, «con el riesgo que ello supone y de momento con suerte de no tener que lamentar daños personales».
No es ese el único problema que suponen las palomas, según aseguran los vecinos. También notifican que «los ruidos que provocan estas aves impiden un descanso adecuado sobre todo a los vecinos de las últimas plantas» y a eso hay que añadir que «los excrementos en las aceras y calles, que son muy abundantes, provocan un riesgo de resbalones y de caídas sobre todo cuando llueve».
Por todos esos problemas, que suponen a juicio de los vecinos un riesgo para la seguridad y la salud de quienes viven en el barrio, solicitan al alcalde «una actuación para el control de las aves» y «una intervención higiénico-sanitaria urgente» para la limpieza de los excrementos y restos biológicos.
