Un barco en el que viajaban de Santa Pola a Ibiza seis ilicitanos avistó en el trayecto y por primera vez en años ballenas. Fue el martes pasadas las 8.30 horas, a apenas 15 millas de es Vedrà. La embarcación motora de doce metros, se encontró con el grupo de cetáceos por sorpresa, y sus ocupantes, entre lo que se encontraban la pintora de Elche Inés Serna y su marido, Pepe Torres, pensaron inicialmente que eran delfines, como los que habían tenido ocasión de ver otros veranos. Sin embargo, se toparon con la sorpresa de poder compartir parte del camino con ballenas que se desplazaban de sur a norte, animales que no habían sido avistados en las proximidades de la isla desde 2010, según aseguran.

Pepe Torres relató que «llevamos 25 años navegando desde Santa Pola a Ibiza y esta es la primera vez que avistamos ballenas; normalmente se suelen ver delfines -cada año menos y más pequeños-, pero esta vez hemos tenido la gran suerte de toparnos con este grupo de ballenas», relata Torres aún emocionado por la experiencia. Algunos de los ejemplares superaban la longitud de la lancha, de doce metros de eslora: «Cuando nos dirigimos al lugar en el que estaban los animales descubrimos que se trataba de un grupo de ballenas y nos quedamos impresionados, sobre todo cuando les escuchamos resoplar», narró Torres. «Eran unos animales muy grandes, sin duda alguna eran más largos que nuestra embarcación», calculó. «Cuando nos acercamos con la lancha y nos colocamos unos 80 metros de distancia de las ballenas nos quedamos en silencio y, de pronto, escuchamos el resoplar de dos de ellas y nos dejó muy impactados, fue algo muy impresionante que no vamos a olvidar en mucho tiempo».

Inés Serna Orts relató que otros años han podido ver delfines y también tortugas que desde hace unos años habían dejado de avistar. Al parecer, últimamente las medidas de protección ambiental en torno a las Islas Baleares están dando sus frutos y la fauna marina va recuperando presencia, al menos desde la perspectiva personal de este grupo de ilicitanos que conocen de primer a mano el trayecto de Santa Pola a Moraira y de allá a Ibiza:«Para nosotros ver delfines ya era un regalo, así que lo del otro día fue espectacular; quitamos los motores, nos quedamos algo aturdidos por sus dimensiones y al ver que nos podíamos acercar sin que se molestaran lo más mínimo».