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La Festa confirma su elevada calidad

Cantores y escolanos prueban que la rotación de papeles es acertada y las voces, a la altura

El Ángel en su descenso, anoche en Santa María. ANTONIO AMORÓS

La intensidad de los aplausos del público pone, a lo largo y al final de cada escenificación, la nota, la más de las veces justa, a lo vivido en la basílica de Santa María cada vez que se residencia en ella el drama asuncionista.

Cada integrante del público lo siente de una manera y lo cuenta, posteriormente, a los demás según, naturalmente, su percepción subjetiva. Sin duda, nadie sale indiferente tras toda una experiencia única como es asistir al Misteri d'Elx.

Pero si atendemos a la técnica vocal, al movimiento de los escolanos y los cantores en el Andador y en el Cadafal, a la superposición en las alturas de los aparatos aéreos, al temple en el órgano, al manejo de las luces, a los iconos que identifican a La Festa... todo ello, e independiente de si a unos les gusta mucho y a otros menos, es, en verdad, algo irrepetible en su conjunto. Es todo un regocijo en su desarrollo artesanal, pero, además, es una satisfacción cuando uno se va fijando en los detalles. Visto así, objetivamente, es una obra de arte, un descubrimiento único, un acierto incontestable.

Los ensayos que, por parte de los escolanos y los cantores, se suceden a lo largo de casi todo el año, garantizan que, llegado el momento crítico de afrontar las representaciones de verano, e incluso las del ciclo de otoño en los años pares, las voces estén más que preparadas para asumir las distintas responsabilidades, tanto de manera individual como grupal y coral. Y además con el reto que supone apostar por una gran rotación en los distintos papeles.

Tanto la primera como la segunda (anoche) de las representaciones extraordinarias vinieron a certificar una vez más el buen momento y gran conjunto de voces adultas y blancas que están coincidiendo estos años.

Si hubiera algún pero que poner, seguramente todos coincidirían en las elevadas temperaturas que se soportan en el interior de la basílica. Aunque la escenificación comience a las 22.30 horas y se prolongue casi hasta la 1.30 de la madrugada, el calor y la alta humedad hace que, pese a los numerosos abanicos, todos, absolutamente todos, salgan empapados de sudor. Y sobre todo los cantores (con sus túnicas y pelucas) y los niños (ataviados también completamente). Ayer se registró al menos cinco mareos por el calor entre el público y la María (David Fernández) aguantó muy bien el tipo y cerró su intervención con brillantez pese a que llevaba largos minutos también al borde del desmayo.

Por eso, el espectador, al llegar a su asiento (en los balcones el público permanece de pie), se encuentra con el imprescindible pay-pay del Misteri y, este año, también, con el díptico que explica sucintamente en qué consiste el drama.

El Misteri d'Elx, tras la gloria de la primera representación extraordinaria del lunes y el éxito de anoche, enfila hoy el ensayo general con asistencia de más autoridades y como el último paso previo a La Vespra de mañana y la culminación total con La Festa este sábado 15.

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