Después de varios años, las barras y equipos de música de bares y pubs no volverán a salir a la calle durante estas fiestas de Elche, salvo en la noche del 14 de agosto, durante la celebración de la tradicional Roà.
Ésta fue una de las respuestas que se obtuvieron por parte del equipo de gobierno tras mantener el alcalde, Carlos González, el edil de Fiestas, José Pérez, y la edil de Vía Pública y Aperturas, Purificación Vives, entre otros, una primera reunión con representantes de la Asociación de Afectados por el Ruido de Elche.
Esta entidad mostró ayer su prudencia ante las medidas que pueda adoptar en un futuro el nuevo ejecutivo, al tiempo que señaló que le había sorprendido el desconocimiento que habían mostrado los ediles sobre este problema en la ciudad.
La letrada de esta entidad, Manuela Navarro, insistió ayer en que siguen sin estar contentos con el horario de cierre fijado para los recintos festeros de cara a estas fiestas, sí aplaudían el hecho de que sólo se puedan sacar barras y música a la calle esta vez un sólo día, frente a varios (el 13 también según informó el Ayuntamiento) como ocurría desde 2012.
«El alcalde ha mostrado su sorpresa por la envergadura del problema», indicó Navarro tras la reunión, que vino a ser una primera toma de contacto. En principio se retomarán las reuniones a partir de septiembre con el fin de avanzar en los numerosos frentes, entre ellos los distintos contenciosos-administrativos iniciados por este motivo contra el Ayuntamiento.
El colectivo se mostró ayer partidario de retirar las acciones judiciales y resolver los problemas al margen de los tribunales, siempre que haya un voluntad sincera de buscar soluciones.
La citada entidad pidió al alcalde, entre otros muchos asuntos, que se les dé participación en la posible revisión del plan acústico municipal, le recordó que las normativas y leyes en esta materia están para cumplirlas y que los derechos empresariales no están por encima de los derechos de las personas a descansar.
De igual modo se reclamó que Elche sea un municipio sostenible, se recordó que la ciudad tiene un problema grave de ruidos y que la Concejalía de Medio Ambiente tiene un papel fundamental, así como otras, en esta cuestión.
«Les hemos pedido valentía para tomar decisiones y ejecutarlas. No queremos que siga todo igual», manifestó la letrada, quien advirtió que se ha desmantelado la protección acústica de la zona centro y que existen otros espacios, como la plaza de Castilla o la de las Chimeneas, que también precisan intervenciones contundentes.
La Asociación de Afectados por el Ruido solicita también que se garanticen las mediciones sonométricas por sorpresa en los locales de ocio, que no se superen durante la noche los 45 decibelios, que se eduque a la ciudadanía y no sólo con pegatinas y guardas jurados y que se ubique el ocio en el extrarradio, en los polígonos industriales.
Manuela Navarro también considera que se deben reagrupar las barracas para que éstas no estén dispersas, a fin de tener menos focos de ruido; y que son excesivas las terrazas en las calles.
El concejal de Fiestas, José Pérez, indicó ayer por su parte que se trata de cumplir con la normativa vigente, el artículo 29 de la ordenanza municipal. A lo que no pudo responder es por qué el anterior equipo de gobierno del PP permitió que se sacara la música y las barras a la vía pública durante más días.
«Ésta ha sido la primera vez que desde el Ayuntamiento se ha atendido a esta asociación, a pesar de durante la pasada legislatura intentaron sin éxito reunirse con el anterior equipo de gobierno», declaró también José Pérez.
