Auténticas obras de arte que representan a la ciudad y a la Fiesta de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa ilicitana. La ermita de San Sebastián acogió ayer la exposición de ramos del concurso de la palma blanca donde quedó patente el esfuerzo y el elevado nivel de las creaciones confeccionadas por familias de Elche.

De diferentes estilos y tamaños, con adornos inigualables, cada uno de los trabajos artesanales dejaron ayer boquiabiertos a los asistentes que recorrieron la tradicional muestra con 55 años de historia en la ciudad de las palmeras.

Así, de todos los ramos recibidos el jurado falló por la noche los premios del certamen organizado por el Ayuntamiento y la Junta Mayor de Cofradías. De la modalidad de solapa, Javier Cabrera García se convirtió en el ganador del primer premio.

Asimismo, en la categoría de palma blanca Clara María Castaño Penalva quedó en primera posición; José Berenguer Leal obtuvo el segundo premio; Ester Martínez García, el tercero y Bienvenida Coves Vicente, el cuarto premio.

La ganadora de la modalidad de miniatura fue para Manoli Campello Antón. En segundo lugar quedó Luz Divina Pastor García, el tercer puesto fue para Javier Cabrera García y el cuarto para Fernando Bravo García.

Por último, en la categoría de artesanía, la más numerosa en reconocimientos, Paqui Diez Alonso se proclamó campeona. Manuel Berná León consiguió el segundo premio y la Asociación de Bolillos de Elche y Comarca logró el tercero. En cuarta posición quedó Antonia Miralles Espinosa y en quinto puesto, Ángeles Selva Parreño. Finalmente, el sexto premio fue para Almudena Esclapez Morrell.

Los galardonados recibieron premios de entre 1.200 euros y 100 euros por sus creaciones.

De esta manera, ayer la ciudad reconoció el esfuerzo y la ilusión de decenas de familias ilicitanas que hacen posible que esta tradición milenaria se mantenga viva con el paso del tiempo.

Estas joyas se convertirán hoy en grandes protagonistas de la procesión de Domingo de Ramos. Los ramos trenzados saldrán durante el recorrido del «pas de la Burreta» en mitad de toda una marea de palmas en la que participan miles de personas.