Francisco José Lozano, Fran para los amigos, sabe de primera mano cómo es luchar por algo mientras las voces de alrededor solo cuchichean y aseguran que nunca lo conseguiría. El karateca ilicitano nació con un problema en el nervio óptico que le dejó solo con un 15% de visión, pero no fue ningún problema para su futuro, al menos no para él.

Atrás quedaron las habladurías. Ahora, con 27 años, Fran es el único karateca invidente de España que ha logrado ir al Campeonato de la Comunidad Valenciana autonómico y que ha sido capaz de conmover a la propia ONCE. Los altos cargos le decían que un invidente no puede ser karateca, y él ha demostrado que se equivocaban. «En otras partes del mundo sí se apoya al kárate adaptado, pero en este país no. Aquí tenemos un buen equipo de judo pero de karate no hay absolutamente nada. Según la ONCE, los ciegos no podemos hacer karate. Recientemente, me he enterado de que hay otro chico ciego en el País Vasco que también hace kárate, no lo conozco pero tengo ganas de luchar un día contra él», dice.

El sueño de competir en el Campeonato de España no pudo cumplirlo este año, pues la Federación no se vio capacitada para gestionarlo. Aunque todo apunta a que en 2016, habrá una competición exclusiva para karatecas invidentes que romperá de una vez por todas con la rigidez mental de algunos hasta ahora.

Como cualquier comienzo, iniciarse en el kárate no fue fácil para Fran, pero tampoco para su entrenador Javi. «Javi se las ha ingeniado mil veces para poder enseñarme todos los ejercicios, igual que al resto de alumnos. Dimos muchos palos de ciego, nunca mejor dicho -se empieza a reír- hago las clases igual que ellos, si tengo que recibir un guantazo lo recibo, aunque ellos también reciben míos -sonríe- Siempre me he sentido muy arropado», recuerda. «Son mi segunda familia», añade.

«Fue una locura porque llegué un día y me dijeron que un chico ciego quería venir a hacer kárate. ¿Cómo le enseño a este chico a hacer paradas, pegar patadas??, me pregunté. Busqué en internet muchísimo, no había nada. He aprendido al mismo tiempo que él. Era algo nuevo para los dos», asegura su entrenador, Javi, de la Escuela de Karate Shotokan Carrús.

El deporte siempre fue su vía de escape, antes del kárate, Fran probó con el Atletismo: «Allí era todo muy fácil, lo tenían todo estudiado y no había complicaciones. Me gustaba, pero el kárate me gusta más», aclara. De hecho, fue Campeón de España en 1.000 metros lisos y en salto de longitud.

La superación es su constante. «Muchas veces me frustro porque no me acuerdo de alguna posición o me sale mal por mucho que lo intente, soy muy cabezota. Pero eso le pasa a todo el mundo», reconoce.

Otra de sus pasiones es la lectura. «Leo una barbaridad, sobre todo novelas policíacas, ahora me estoy leyendo la saga de «Los Elegidos». Pero lo innovador es que no lo hace con los libros en braille, como quizá alguno ya se haya imaginado, porque son excesivamente grandes para su gusto. Fran tiene instalado el programa Voice Over que le lee en su ordenador desde las redes sociales, hasta la investigación más compleja, todo un hallazgo.

Apoyo familiar

Su familia está orgullosa de él, aunque según el karateca, a veces no entienden los ejercicios que hace. «Mi padre tiene un kiosco y siempre que voy a una competición y publican algo le falta tiempo para enseñárselo a sus clientes y amigos, él y mi madre son todo». Basta que a Fran le digan que no puede hacer algo, para que el tiempo acabe dándole a él la razón. Recuerda, quien duda de tus capacidades lo hace porque sabe que las tienes.