El lector de matrículas en el aeropuerto de Alicante-Elche para controlar el intrusismo de taxis foráneos comenzó a funcionar ayer de manera oficial después de un periodo de pruebas.

El edil de Transportes de Elche, Justino Delgado, confirmaba que se ponía en marcha este dispositivo para controlar el acceso de taxis de fuera de Elche. «Con esta medida se va a llevar un control riguroso y eficaz que permita cumplir la normativa que limita a seis viajes al mes la entrada a los taxis de fuera de Elche», dijo el concejal.

Este lector de matriculas tiene un aspecto similar al de una videocámara y está conectado con la Policía Local de Elche. Cuando detecte que un taxi de fuera del municipio ilicitano ha entrado más de seis veces en un mes, deberá saltar un aviso en los dispositivos portátiles de los agentes que se ocupan de la vigilancia en la zona.

Nueva señalización

Asimismo, según fuentes del Ayuntamiento, acaba de comenzar la instalación de la señalización provisional para desplazar, de manera progresiva, a los taxistas foráneos desde la planta baja hasta la primera, junto con los taxis de Elche, con el fin de poder llevar un control total sobre estos vehículos de servicio público.

Justino Delgado quiso recordar ayer que ésta era una demanda histórica de los taxistas de Elche y que la alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, «se comprometió con el colectivo a principio de legislatura de que conseguiríamos limitar los viajes de los taxistas foráneos y llevar un control total a través del lector de matrículas. Ambas cosas se han conseguido después de mucho trabajo y muchas reuniones», según una nota hecha pública ayer por el Ayuntamiento.

No obstante, cabe recordar que el lector de matrículas se ha hecho una realidad sobre todo después del parón de 24 horas en el municipio que protagonizaron los taxistas de Elche el pasado 13 de marzo, para mostrar así su gran malestar por el trabajo que les quitaban taxis de fuera, así como vehículos pirata.

Esto obligó a reaccionar a las administraciones local y autonómica, que acordaron una serie de medidas: desde intensificar los controles de la Policía Local y en teoría también los inspectores de Transportes de la Generalitat, hasta crear el cupo máximo de seis servicios al mes, incluyendo la instalación de este lector de matrículas.