Más de una decena de proveedores que prestaron servicios en el Certamen de Teatro Grecolatino Ilici Augusta, celebrado en L'Alcúdia en mayo de este año, sostienen que siguen sin cobrar por los trabajos que realizaron a la asociación promotora del evento y se están organizando en torno a la posibilidad de presentar una reclamación judicial por vía penal por una supuesta estafa, algo que tendrán que materializar formalmente en los juzgados. Paralelamente, algunos de ellos han presentado ya denuncias en la Comisaría de Policía Nacional o ante un juzgado de primera instancia e instrucción por las cantidades particulares que están pendientes de cobrar.
En concreto, los empresarios y autónomos agrupados para realizar esta reclamación sostienen que las deudas que tienen con ellos suman unos 70.000 euros, aunque plantean que podrían ser más porque hay afectados con quienes no han establecido contacto. Entre las empresas están «Soniprof», a la que se adeudarían 1.800 euros por el sonido y la iluminación durante las representaciones en las ruinas; «Tensiluz», que se encargó de la instalación eléctrica y que está esperando cobrar nos 3.000 euros; «Cristian Servicio Integral SL», que reclama algo más de 6.000 euros por prestar servicios de limpieza y encargarse de los controles de acceso y regulación del aparcamiento; «STH Levante SA», que asegura estar pendiente de cobrar algo más de 4.500 euros por instalar camerinos y módulos de aseos; «Globen», que reclama unos 4.500 euros por alquiler de casetas, vallas, módulos sanitarios y una carretilla elevadora; «Las Torres», que reclama en torno a 6.000 euros por el servicio de comidas y cenas en una caseta-restaurante; «Diversia», que montó escenarios, suelos y tribunas y que demanda algo más de 10.000 euros; «Pirotecnia Turis», que requiere unos 3.700 euros por un castillo de fuegos artificiales... A lo que se suman otros 2.000 euros de dirección técnica, el montaje de la plaza de toros en la que se realizaron exhibiciones de lucha y de caballos o incluso el salario de algún empleado particular, según los afectados.
Varios de los proveedores sostuvieron a este diario (y así consta también en denuncias) que recibieron pagarés que han resultado sin fondos e incluso hablan de que la asociación les envió justificantes de transferencias que nunca llegaron cuando amenazaron con no prestar los servicios o desmontar las infraestructuras si no se cumplían los pagos pactados. Asimismo, aseguran que los responsables de la asociación no contestan a los teléfonos que tenían de referencia.
Intención
Este diario contactó ayer con la Asociación para el Desarollo del Teatro Grecolatino de Elche, creada específicamente para la celebración de este certamen, desde la que su presiente reconoció que tiene constancia de una sola denuncia y que se debe dinero a varios proveedores mientras que algunos han cobrado el total o parte de los servicios prestados, aunque asegurando que «se ha pagado todo lo que se ha podido y la intención desde la asociación es que todo el mundo cobre hasta el último céntimo».
En este sentido, el presidente señaló que la recaudación de la taquilla fue mucho menor de lo esperado, que los patrocinadores del certamen se echaron atrás y no aportaron lo acordado y que siguen pendientes de dos subvenciones que aún no han sido contestadas mientras que sí llegó denegada una del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música) con la que se contaba, así como que también se han puesto cuatro demandas a participantes o empresas por supuestos incumplimientos de contrato que impidieron cumplir el programa previsto. Asimismo, añadieron también desde la asociación que tras la organización del certamen nunca hubo ánimo de lucro y que los beneficios que se esperaban iban a ir destinados a promover excavaciones arqueológicas en L'Alcúdia.
La fundación de la Universidad de Alicante que gestiona el espacio arqueológico, el Ayuntamiento de Elche a través de la Concejalía de Cultura y la Diputación de Alicante respaldaron públicamente el certamen promocionándolo en los medios de comunicación sin que ahora, lamentan los afectados, nadie dé señales de vida para hacerse responsable por los impagos, máxime cuando según sostienen algunas de las empresas acreedoras se les buscó y animó desde las administraciones públicas para que se implicaran en el proyecto.
