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Análisis

El PSOE necesita un trío

Carlos González es el candidato que quiere el PSPV, pero no el más respaldado en Elche- Si Ramón Abad ganara las primarias Valencia podría suspenderlas

El PSOE necesita un trío ANTONIO AMORÓS

Pero seamos ingenuos. Valencia quiere de candidato a Carlos González. El único -eso dicen desde el PP los que más «adoran» a Mercedes Alonso- que teme la alcaldesa popular. Sin embargo, el ex concejal y ex diputado nacional no tiene por sí solo la fuerza necesaria dentro de la agrupación para imponerse. Además en su mochila lleva el lastre -¿quién no la lleva en esta vida?- que supone al día de hoy haber estado casi siempre en en el lado equivocado, y sobre todo, ser un hombre de Diego Maciá, al que una parte importante de la agrupación no quiere ni ver. Porque hay que recordar que la tónica general del partido ha sido el odio visceral entre las diferentes facciones que lo componen. Además, los más neutrales, hablamos por ejemplo de la gente de Antonio Rodes o José Pérez, creen que es una persona bastante intransigente, aunque de cara al exterior presenta una imagen inmejorable y están dispuestos a dar su beneplácito.

Ante esta tesitura, a González no le queda otra que pactar. Lo tiene complicado con María Dolores Asencio, una mujer a la que por sus manifestaciones el partido y los cargos del mismo les son indiferentes: sólo quiere ser alcaldesa, y a partir de esa premisa pactaría con cualquiera. Pero no, Asencio, de momento, no es la mejor colocada, aunque nunca se sabe. Si descartamos en principio a Asencio -el viernes puede dar la vuelta a la tortilla-, le queda José Pérez, que es uno de los elegidos por Valencia. Pero José Pérez tiene un problema, que dentro de su grupo lleva otro lastre, Alejandro Soler, que más que sumar resta y, si resta, será necesario el apoyo de otra parte del partido para conseguir el objetivo de «colocar» a González o en su defecto a Pérez como alcaldables. Entonces el erotismo del PSOE sube de tono porque ahora sí es necesario el trío. ¿Y quién puede prestarse a tan atrevido paso? Pues ahí aparece Ramón Abad, un superviviente, experto en moverse en las alcantarillas del aparato local, pero que sabe que su futuro depende de tomar la decisión que más desea el PSPV.

Intentemos cuadrar este triángulo de amor y odio. Ustedes se preguntarán: ¿es imposible? Pues no, hay posibilidades. Si Abad apoyara hipotéticamente a Carlos González, perdería una parte de su gente porque odian con todo el alma a Maciá, el padrino de González. (Esto, les aseguro, no es una novela ni erótica ni negra, la verdad, es como el PSOE actual, no tiene género). Sigamos con la ingenuidad. Sin embargo, éste no sería el mayor problema, porque la otra parte de la parte contratante, la de José Pérez, es decir, Rodes, también podría perder votos en favor de Asencio, porque los afines a Alejandro Soler -en teoría van con Pérez, ya sé que es un lío, como el propio PSOE- no están por la labor de apoyar al propio hombre de confianza de Maciá, con el que hay una larga beligerancia que ni el poder ha podido curar. Así que, ¿es Soler de nuevo el problema? Si lo es, ya le están buscando una solución de emergencia, aunque la cuestión es si él está dispuesto a aceptarlo. Nada parece fácil.

Llegados a este punto es inevitable el pacto. Lo extraño, lo que parece surrealista, es que se hayan cargado a Antonio Rodes, creado una gestora y abierto una investigación sobre altas irregulares para al final terminar liando aún más la madeja de un partido con claras posibilidades de gobernar. Además Valencia reconoce el fracaso de la gestora encabezada por Antonio Torres. (Por cierto, haciendo un inciso, no hace falta que asuma nada el PSPV, porque los resultados son absolutamente negativos: no puede haber a día de hoy cuatro candidatos con una agrupación intervenida, que palabra más apropiada -perdonen la modestia- para estos socialistas).

En el avispero no paran de picarse unos a otros, aunque si algo ha quedado claro para Valencia es que si sale elegido Ramón Abad están dispuestos a anular las primarias. ¿Qué supondría? Un escándalo mayúsculo y la posibilidad de empezar a perder unas elecciones antes de celebrarse. Hay dos nombres que son la apuesta clara de los socialistas: Carlos González, como alcaldable, y José Pérez, como hombre fuerte de una organización que tiene que reestructurarse para intentar alcanzar de nuevo el poder en el Ayuntamiento de Elche.

Aunque en el Partido Socialista, como pasa con las instrucciones de algunos electrodomésticos, éstas se pueden modificar sin previo aviso del fabricante. Esto último no es una ingenuidad.

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