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Francisco Conesa, arcipreste de Santa María

«Santa María debe ser un santuario donde los sedientos paren a beber»

Conesa se ha hecho cargo de la basílica donde fue ordenado sacerdote en 1985 para seguir la línea del Papa

La basílica de Santa María de Elche tiene desde ayer un nuevo arcipreste, Francisco Conesa. Entre sus objetivos está renovar la propuesta de Jesucristo sacando la iglesia a la calle, como propone el Papa Francisco, y trabajar por el Misteri.

¿Cómo llega a Santa María?

Llego con una gran ilusión, porque en esta parroquia fui ordenado sacerdote en el año 1985. Además, es una parroquia de referencia en Elche porque es el lugar donde está la imagen de la Virgen de la Asunción y lo considero como un reto importante en mi trayectoria. Después de muchos años de mi vida sacerdotal dedicado a la vicaría asumo ahora una parroquia con mucha ilusión.

Durante los últimos 16 años ha trabajado en la vicaría de la diócesis y ahora vuelve a una parroquia. ¿Qué supone para usted este cambio?

Para mi es un cambio muy importante en mi vida. Han sido muchos años dedicado a la tarea diocesana y ahora vuelvo a un cargo en el que se está más en contacto directo con la gente, en lo que es la vida de una comunidad parroquial.

¿Qué valoración hace del trabajo que deja atrás?

Siento una gran gratitud por el hecho de haber podido ejercer esta tarea de vicario general durante tanto tiempo porque ha supuesto un enriquecimiento impresionante desde el punto de vista personal. He conocido mucho más la realidad de nuestra iglesia y, especialmente, la vida de las parroquias, las comunidades, los religiosos... Ha sido un periodo de enriquecimiento muy grande.

¿Por qué momento pasa la diócesis de Orihuela-Alicante?

Es un momento de ilusión. El Papa Francisco ha traído un momento de gran ilusión a toda la Iglesia, ganas de renovarse, y ponerse en marcha, y de acercar el evangelio a todas las personas.

Usted ha tenido ocasión de trabajar con tres obispos; Victorio Oliver, Rafael Palmero y Jesús Murgui. ¿Qué diría de cada uno ellos?

Compartí con Victorio Oliver prácticamente todo su tiempo como obispo y a su lado viví un momento muy especial porque yo era joven cuando empecé a su lado y aprendí muchísimo de él. Sobretodo, su sentido del evangelio, la manera de juzgar y considerar todas las cosas que sucedían, contemplándolas desde Jesucristo. Don Rafael me pidió que le acompañara como vicario y de él he aprendido su sentido de amor a la eucaristía y su sensibilidad por acoger y escuchar todo tipo de sensibilidades de toda la Iglesia. Y ahora he estado un año y medio con don Jesús del que también he aprendido mucho, y al que he ayudado situarse dentro de la diócesis y a que asumiera esta tarea tan preciosa.

¿Qué tareas deja pendiente a José Luis Úbeda?

Las tareas son muchas, le he pasado una carpeta con muchísimos temas pendientes, porque hay vida en nuestra iglesia diocesana y eso quiere decir que hay iniciativas y deseos de hacer cosas. Y mi consejo es que esté muy cerca de los sacerdotes y que escuche siempre todas las peticiones y deseos que se le presenten.

¿Con qué propósitos llega a Santa María?

Los objetivos con los que llego son tres. El primero es invitar a salir a la calle, en la línea del Papa Francisco, salir a renovar la propuesta de Jesucristo. Hay una frase del Papa Francisco que dice que cada parroquia tiene que ser un santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y eso es lo que me gustaría que fuese Santa María. Para eso es indispensable contar con un laicado adulto, maduro, responsable y bien formado. Y una de mis prioridades será fomentar ese mercado, que sea capaz de actuar en medio del mundo y en todas las circunstancias. Y, por último, uno de mis objetivos es la pastoral vocacional, ojalá que como yo fui ordenado hace unos años, también haya un cura que sea ordenado en Santa María dentro de poco.

Santa María va unida al Misteri. ¿Cómo afronta este hecho?

Asumo la vinculación de Santa María al Misteri con ilusión, porque el Misteri es una realidad que desde siempre me ha tocado el corazón. Lo conozco desde siempre, he asistido prácticamente todos los años a sus representaciones, lo he estudiado y es una realidad a la que quiero. Y espero dedicarme, con todo este cariño y esta ilusión, a hacer más fuerte y grande el Misteri d'Elx.

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