La alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, anunció ayer que tanto la construcción islámica como el refugio de la Guerra Civil, localizados en la plaza de la Fruta, espacio comprendido entre el Mercado Central y el Ayuntamiento, se van a conservar pase lo que pase.
Los trabajos de excavación arqueológica que se están llevando a cabo, como paso previo a un posible derribo del actual Mercado Central para levantar uno nuevo, con otra filosofía distinta y que implique además un aparcamiento subterráneo, sacaron a la luz hace unas semanas tanto unos muros islámicos -ya descubiertos hace años- como la entrada a un refugio antiaéreo.
La alcaldesa, el concejal de Urbanismo, Vicente Granero, y el coordinador de Cultura, Pablo Ruz, entre otros, visitaron ayer el refugio subterráneo, y a su salida se anunció que el Ayuntamiento va a conservar ambas construcciones para que puedan ser otro punto más de interés turístico de la ciudad.
Alonso fue clara al expresar que la prioridad para el equipo de gobierno son ambos elementos, lo que podría suponer que el nuevo Mercado Central, y por supuesto su aparcamiento, no se podrían construir y, por tanto, el proyecto para regenerar esta parte del centro urbano quedaría en nada.
«Esto es la historia de Elche», manifestó Alonso, para añadir que «la prioridad es mantener esto y que se pueda visitar, como ocurre en otras ciudades».
Así, la primera autoridad local mostró su interés en que en un futuro esta zona se convierta en un punto de atracción turística y que los visitantes puedan hasta adentrarse en esta galería. Incluso se avanzó ya la posibilidad de que acogiera exposiciones.
¿Compatible?
Alonso insistió en que, independientemente del informe final de los arqueólogos sobre este enclave, el Ayuntamiento «quiere mantener el refugio». «¿Que puede ser compatible? Bien. ¿Que no puede hacerse? (refiriéndose al nuevo mercado). Se siente. La historia de Elche está por encima», declaró la alcaldesa.
No obstante, técnicos indicaron ayer que podría caber la posibilidad de que el mercado se levantara sobre los actuales restos hallados, de manera que fuera compatible visitarlos y acometer la obra. Los mismos indicaron que soluciones arquitectónicas hay, como ha ocurrido también en el Ayuntamiento de Alicante o en Cartagena. Otra cuestión es hasta qué punto se podría construir en esta zona un parking bajo tierra.
Y cabe recordar que sin aparcamiento subterráneo no tendría mucho sentido acometer el nuevo mercado, por lo que si tanto el edificio islámico como el refugio se ven comprometidos por las obras, todo el proyecto se desvanecería.
