El refugio de la Guerra Civil se inicia con una primera escalinata que desciende unos tres metros y un pequeño pasillo que obliga a ir a la derecha. A partir de ahí, varios tramos de escaleras en zig-zag hasta bajar unas cuatro plantas que conducen a un pasadizo que se bifurca.

Uno de ellos va en dirección al río, aunque antes de llegar a la ladera, después de unos 35 metros, aparece obstruido por los cimientos de una construcción. Aquí se puede observar una pequeña habitación que era donde aguardaban los refugiados a que pasaran los aviones que podían lanzar bombas sobre la ciudad.

El otro pasadizo conduce aproximadamente hasta las Cuatro Esquinas. Permite adentrarse unos 125 metros y antiguamente llegaba incluso hasta la iglesia de El Salvador, aunque también está cegado.

Huelga decir que no hay ninguna iluminación y por tanto hay que visitarlo con linternas y cierta precaución, porque en algunos tramos el firme no está exento de baches ni de barro. También puede ser un poco agobiante por las condiciones de humedad, la falta de luz y la estrechez hasta cierto punto.

La alcaldesa, por otro lado, recordó que la cubierta del Mercado Central está conformada por uralita, un material que está considerado un agente cancerígeno y que debe ser tratado y desmontado por empresas especializadas. Esto supondría incrementar aún más los costes en caso de que el nuevo mercado fuera hacia adelante. Hasta ahora conocer si se debe construir o no un nuevo mercado está suponiendoun desembolso de cerca de 170.900 euros, que es lo que cuestan las catas arqueológicas.