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Comercio

El calor ahoga la venta de ropa y calzado de invierno

La situación se agrava según pasan los días y se acerca la campaña de Navidad y el periodo de rebajas

La propietaria de una tienda de moda ayuda a una cliente SERGIO FERRÁNDEZ

Al buen tiempo, mala cara. Las altas temperaturas que se están registrando en la provincia en los meses de octubre y noviembre están propiciando que los comerciantes sufran una de las peores temporadas de ventas de los últimos años. Esta circunstancia, unida a la crisis y el consecuente descenso en el consumo están llevando a propietarios de establecimientos de ropa, calzado y complementos a hacer auténticas virguerías para cuadrar números.

Los abrigos cuelgan en las perchas sin que nadie se atreva a probárselos; los jerseys de lana ni siquiera se han sacado de las cajas y las botas de caña alta permanecen inmóviles en los escaparates.

La desesperación de los comerciantes es mayor cada día que pasa sin que llegue el ansiado frío que invite a la gente a salir a la calle para renovar su vestuario y comprar prendas con las que hacer frente a las gélidas temperaturas.

«El comentario de la gente siempre es el mismo. Dicen que con este calor ni siquiera se han decidido a sacar la ropa de invierno de los armarios y, hasta que no lo hagan, no saben qué necesitan para la temporada invernal», explica una de las dependientas de una conocida cadena de medias y calcetines.

Asegura que la temporada de otoño-invierno está expuesta desde finales de agosto y que las ventas están siendo las más flojas de los últimos años. «Los leotardos y medias de cachemir ni siquiera las hemos sacado, es normal que a nadie le apetezca comprar algo que no tiene necesidad de ponerse», añade la trabajadora.

Por su parte, Trini Martínez Palllarés, propietaria de una tienda de moda en el centro de Elche, dice con resignación que «no sé cómo vamos a salir adelante, esto está siendo un auténtico desastre».

Explica que no se venden prendas de abrigo y, por lo tanto, no se recaudan fondos con los que hacer frente al pago a los proveedores. «Si no vendemos, tenemos dificultades para pagar, así que no nos queda más remedio que recurrir a promociones como esta en la que tenemos prendas con un 20% de descuento», explica Trini Martínez, que añade «el problema se agrava a medida que pasan los días y el frío no llega, ya que cada vez nos acercamos más a la campaña navideña y, por tanto a las rebajas».

La comerciante asegura que ante esta situación la mayoría de la gente opta por no comprar prendas de abrigo a la espera de que lleguen las ansiadas rebajas. «Hemos vendido algunas chaquetas, pero se trata más bien de ventas a personas que pueden permitirse comprarse un capricho. Compran por gusto, no por necesidad», explica la propietaria, que añade: «Por poner un ejemplo, nos estamos planteando dejar de traer abrigos de paño, ya que es muy difícil venderlos aquí donde cada vez tenemos unas temperaturas más altas».

Algo similar a lo que está ocurriendo con la ropa sucede con los zapatos. «La venta de botas y botines está siendo mucho más floja que en años anteriores. Falta ánimo. La gente entra, mira y se prueba, pero siempre dice que ya volverá. Y es lógico, porque no se ven en la necesidad de ponerse calzado de abrigo. Hay gente que aún utiliza las sandalias de verano», apunta Lourdes, dependienta de una cadena de zapaterías ilicitana.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Comerciantes de Alicante, Vicente Armengol, lamentó ayer las escasas ventas que se están produciendo en los establecimientos del sector textil por las altas temperaturas que se están registrando pese al mes del año. «Era lo que nos faltaba, que el invierno tarde tanto en llegar. El calor nos está matando un poco más, ya que lo poco que estamos vendiendo son caprichos de los clientes», explicó ayer Armengol, que espera que la campaña de Navidad vaya «algo mejor» que el pasado año al recuperar los funcionarios la «extra» de diciembre.

Respecto al periodo de rebajas, Armengol reconoció estar ya «cansado» de debatir sobre el asunto. «Hace 15 años que los comerciantes hablamos de retrasar las rebajas, todos los propietarios del comercio tradicional pensamos lo mismo, pero no llegamos a ningún acuerdo», argumentó.

Propietario de una tienda de ropa, Armengol admite que hasta octubre no empieza a exhibir ropa de invierno, ya que resulta imposible vender con temperaturas altas, «aunque las franquicias sacan los abrigos en agosto».

Para hacer frente a las cambiantes condiciones climatológicas, el representante del comercio propone que se copie la fórmula que se utiliza en otros lugares: «En algunos países, las rebajas de invierno sirven para liquidar la temporada de verano, para vender sobrantes. Aquí, con este calor, los clientes ya esperarán a rebajas para comprar la ropa de invierno, que apenas va a estar unas semanas a la venta con frío», señaló.

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