El barrio de San Antón recibió ayer el día con trasiego de camiones y grúas. Las obras de apuntalamiento de los edificios se retomaban tres años después y las vigas de refuerzo que comenzaban a instalarse en tres de los cuatro locales comerciales del bloque ocho se convertían en el testigo más evidente.

El objetivo no es otro que el de reforzar los pilares y los balcones, bastante deteriorados, para evitar desprendimientos y otros percances, a la espera de que se construyan las nuevas casas. De hecho, desde hacía tiempo los vecinos ya venían alertando de que lo extraño es que la jornada no se cerrara con la caída de algún cascote.

Las obras, a cargo de la empresa Eurolosa, tienen un plazo de ejecución de cinco meses, aunque la idea es tenerlas finalizadas antes si es posible, y el presupuesto es de 132.000 euros. De momento, según anunció el lunes el concejal de Ordenación Urbana e Infraestructuras, Vicente Granero, la intención es que los trabajos continúen por los otros nueve bloques que quedan pendientes, ya que, de momento, sólo se han reforzado cinco de los quince edificios del barrio, a los que se suma ahora el número ocho. En cualquier caso, no dio fechas para el inicio de las labores en las siguientes viviendas.

Durante la mañana, los empleados de la empresa estuvieron instalando puntales en los locales para que sirvan de refuerzo. A partir de ahí, se pondrá otra viga de hierro que haga las funciones de pilar, y se limpiará la armadura de la estructura original para, posteriormente, inyectarle el mortero reparador.

La idea es trabajar por fases en varias zonas del edificio, para que la estructura no se resienta. No obstante, si no hay imprevistos de última hora, primero se trabajará en los bajos y, de cara al mes de septiembre, se empezará a actuar en los pisos, aunque parece que, de momento, no será necesario realojar a los vecinos.

En cuanto a los balcones, se picarán los tramos en peor estado, se limpiarán de óxido las armaduras y se volverán a reconstruir, de forma que se frenen los desprendimientos, al menos hasta que se reconstruya el barrio. No en vano, Granero ya anunció hace un tiempo que la empresa municipal Pimesa gestionaría las obras de edificación y aseguró que la idea es que empezaran antes de que acabe este año.