Tras la polémica de las últimas semanas por la instalación de unos toldos anclados al suelo, y una vez que se han retirado los soportes de hierro, tal y como exigieron los vecinos, las aguas han vuelto a su cauce en el Passeig de Les Eres de Santa Llúcia. De hecho, está previsto que las obras de mejora de la calle comiencen en unos días, una vez que se completen los trabajos para recuperar el pavimentado en la plaza, con el fin de que acaben en tres semanas, si no surgen imprevistos de última hora. La remodelación incluirá como principal novedad la ampliación de las dos aceras del vial, y no la que está junto al paseo, como se planteó inicialmente, y, al mismo tiempo, se pondrá un suelo similar al que hay ahora en el Carrer Ample. Así lo aseguró ayer el concejal de Empresa y Empleo, Luis Ángel Mateo, tras la reunión que mantuvo junto al edil de Patrimonio Cultural, Pablo Ruz, con los vecinos.

Para ello, se eliminarán las plazas de aparcamiento, aunque se mantendrá el que está reservado para un discapacitado y el área de carga y descarga, pero, para evitar que los vehículos suban a la acera, se instalarán bolardos o jardineras de hierro fundido.

El proyecto redactado por los técnicos municipales, asimismo, contempla la instalación de tres jardineras en la parte norte de la plaza, de forma lineal, y de otras dos en la zona sur, junto a otras que se pondrán alrededor de la fuente, y maceteros colgantes en las farolas. Además, como ya se anunció, se cambiarán los bancos, y se reforzarán con algunos más, ya que los vecinos se habían quejado que eran muy estrechos. Paralelamente, los técnicos municipales estudiarán si sobre el pavimento de la plaza se recurre a un tratamiento químico o con maquinaria para evitar que resbalen los peatones, como se han quejado los vecinos que pasa en la actualidad.

Por lo que respecta a las terrazas, como ya se dejó patente en la anterior reunión, celebrada a principios de semana, se prohibirán los elementos anclados al suelo, y los toldos y las sombrillas deberán ser en color crudo. Las terrazas se ordenarán de tal forma que la plaza sea accesible a lo largo y a lo ancho, aunque lo que aún está por definir es si se dejará un gran pasillo central o dos laterales. Finalmente, se decidió que se autorice la instalación de mesas y sillas en la acera situada junto a los accesos al antiguo convento de Las Clarisas para no masificar el paseo, y que quede más espacio libre, según confirmó el edil.