La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) de Elche dice adiós este fin de semana a los locales que ha venido ocupando desde hace más de una década. El lunes a lo más tardar debe entregar al Ayuntamiento, eso sí, a desgana, las llaves de la antigua guardería de San Juan, donde han mantenido hasta ahora su sede. En los últimos meses ha podido reunirse su junta directiva, pero no celebrar asambleas, según indicaron los propios afectados, que veían venir esta situación.

A juicio de su junta directiva, todo esto responde a una represalia del equipo de gobierno popular por el carácter tan reivindicativo y crítico que viene mantenido esta FAPA desde hace años. "Nuestra amarga queja siempre es y ha sido la persecución que ha recibido el asociacionismo ilicitano por el gobierno local del PP, en especial la FAPA de Elche, por reivindicativa con la grave situación que atraviesa desde hace más de diez años la educación en la Comunidad Valenciana y en especial Elche", según señaló ayer en un escrito la presidenta, Carmen Quesada.

Desde el equipo de gobierno se rechazó ayer cualquier tipo de represalia y se significó que esta decisión de desalojar a la FAPA se enmarca dentro del plan de revisión de entidades que deben mantener un convenio para poder tener acceso a instalaciones municipales. Para el Ayuntamiento es necesario disponer tal acuerdo para redistribuir adecuadamente los espacios posibles entre todas las asociaciones conveniadas.

Pero desde la FAPA no creen que ése sea el verdadero motivo. Quesada afirma que en su día presentaron un escrito al edil Vicente Granero "que era el que firmaba la orden de desahucio o desalojo para esta asociación, por causas mayores aducía, sin que a día de hoy -por ayer- se nos haya dado respuesta alguna".

Además, confiaron en las palabras de la concejala Manuela Mora, que, según la FAPA, dijo en rueda de prensa "que las asociaciones volverían a su lugar de origen en cuanto amainase el mal tiempo y todo quedaría como antes". Además, contactaron con el edil de Educación, Daniel McEvoy -"que se excusó diciendo que no nos podía dar respuesta alguna, ni al tema de la sede, ni al grave agujero económico que el propio Ayuntamiento ha causado a esta federación de padres al negarles la subvención del año 2010"- y pidieron una entrevista con la alcaldesa, que tampoco fructificó, según siempre la parte agraviada.

Por todo ello la FAPA entiende que han estado abocados a un "diálogo de necios" y estima que su espacio de la calle Abadía será ocupado por otra asociación. Por su parte, los padres llevarán a cabo en breve el traslado de enseres a los locales de Margalló Ecologistes, entidad que les ha cedido una sede compartida.

El precedente de los músicos de El Altet

El de la FAPA de Elche es el segundo desalojo polémico en las últimas semanas. Los propios representantes de los padres indicaron ayer que entregarán las llaves al Ayuntamiento "pues no queremos vernos en la situación de la asociación musical de El Altet y que se queden nuestras pertenencias por tiempo ilimitado dentro del local", tal y como ha ocurrido en esta pedanía donde el malestar no ha estado ausente. J. M. G.