El vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) prefiere lanzar un mensaje optimista ante los continuos aldabonazos a la ciencia en el presente mar de recortes. Ante ello asegura que le preocupa más que siga habiendo un interés social por la ciencia y jóvenes interesados en hacerse científicos, que el tijeretazo en I+D+i, porque asegura que antes o después el dinero seguirá inyectándose.

¿Por qué los científicos deben difundir su trabajo a la ciudadanía?

Debemos mostrar a la sociedad, sobre todo a la gente joven, la realidad de la investigación que se hace en España, que, agrupada, revela que se puede compaginar perfectamente tanto la investigación básica como la transferencia de resultados. Tenemos que enseñar que en definitiva se trata de generar riqueza, empleo y bienestar social. Y es que el científico no está aislado en el laboratorio, hay relación con las empresas, se generan patentes y hay un espectro muy amplio de implicaciones con la sociedad. Uno de los grandes retos de los científicos es dar a conocer su investigación y de una forma que se entienda y no en jerga. No es una cosa menor lo de comunicar y que la gente se interese por la ciencia crea cultura científica. Esta batalla de la divulgación es la base para que la gente adore lo que conoce.

Precisamente ahora no parece ser el mejor momento para llegar a ser un científico en nuestro país.

El científico está acostumbrado a luchar contra las dificultades. En los laboratorios extranjeros nos conocen porque sabemos sobreponernos a la adversidad. En cualquier caso, de esta crisis, de esto, se sale con ilusión, con trabajo, como toda la sociedad, porque el científico no es un ser ajeno a la sociedad que le rodea. Hay motivos para ser científico y es cierto que la salida de la crisis se basa en la inversión en ciencia, que no es un gasto. Invertir en conocimiento e investigación es invertir en tecnología y esto genera empleo y riqueza para el país.

¿Estamos asistiendo a una nueva reedición de la fuga de cerebros?

El problema es definir qué es fuga de cerebros. Lo que tenemos que hacer es mantener la base de la pirámide. Por poner un símil deportivo, cuanta más gente practique deporte, más deportistas habrá. Así que debemos seguir manteniendo esa pirámide, con una base lo más amplia posible, y no tener miedo a que nuestros jóvenes se vayan, sino estar preocupados en que vuelvan. Siempre es positivo aprender nuevas técnicas fuera, lo que tenemos que garantizar es el retorno, ése es el gran desafío. Fuga de cerebros es un poco traumático decirlo. Lo que hay que hacer es fomentar la movilidad, pero con vuelta. En los años 80 tampoco había muchas plazas de retorno y por tanto lo que hay que lanzar es también mensajes de optimismo. A las jóvenes vocaciones hay que decirles que es una profesión esforzada, pero ¿cuál no? No es fácil ninguna profesión. La vocación científica es dura, muy perseverante y también es muy competitiva. Lo que está claro es que la riqueza de los países está en relación directa a su vocación en ciencia. Este país saldrá si sigue apostando por ella.

¿Se puede dar alguna cifra aproximada de cuánto han caído los fondos en ciencia en este país, de hasta qué punto lo están notando los investigadores?

La caída en inversión en ciencia viene produciéndose desde hace 4 ó 5 años, pero no es un problema exclusivamente español, también está ocurriendo por ejemplo en Francia o Reino Unido. El problema es que los puntos de partida son distintos, esa es la esta cuestión. Su inversión en ciencia es mayor que la nuestra, con lo que nosotros partimos de una base más pequeña. Me preocupa menos que caiga un 5, un 10 o un 20% la inversión, que el hecho de que no se mantenga el esfuerzo, que se pare. Que no se detenga la maquinaria, que continúe al menos al ralentí es lo más importante y para eso la sociedad tiene que ser consciente que este esfuerzo en investigación es tan importante como el esfuerzo en sanidad y educación. Si España es el noveno país en cuanto a producción científica a nivel mundial es porque se ha realizado un esfuerzo notable en este sentido en estos últimos 30 años.