El olor a Semana Santa ya se respira en la ciudad, a falta de unas horas para que las palmas inunden las calles de un colorido muy especial con motivo del Domingo de Ramos. Desde ayer y durante la jornada de hoy, los artesanos han querido acercar la tradición a los distintos barrios y vender las palmas y los ramos trenzados que han elaborado sin descanso desde octubre hasta estos días.

Pero, esta seña de identidad ilicitana también ha comenzado a recibir las amenazas del picudo rojo. En este sentido, algunos palmereros han señalado que han tenido que deshacerse de una gran cantidad de palmas afectadas por la plaga, una vez taladas de la palmera o sacadas de la cámara de azufre porque aparecían en mal estado o rojas. "Tenemos que invertir más de 100 euros al mes en sulfatos para cuidar nuestro huerto y luego no nos salen rentables las ventas", apunta Pedro Román. Con este enemigo a las espaldas, artesanos como María Gómez temen que la plaga se extienda el año que viene y afecte todavía más a la tradición.

Así, con esta tónica general, ha abierto sus puertas a la Semana Santa el mercadillo de palma blanca. Además, los artesanos ilicitanos palpan en el ambiente los efectos de la crisis económica. "Hay mucho movimiento, pero la gente mira, pregunta y compara precios", añade Marga Antón.

Hoy, en la víspera del Domingo de Ramos, los artesanos confían en que sea el día grande de ventas.

Exposición de palmas

La ermita de San Sebastián acoge esta tarde, de 17 a 21 horas, el concurso de palma blanca, que hasta el año pasado se celebraba en la Lonja Medieval del Ayuntamiento. En la muestra se podrán ver las palmas que concurren al certamen en las modalidades de artesanía, miniaturas y taller de palma blanca. Los premios se entregarán una vez clausurada la exposición, en la ermita de San Sebastián.