La compañía eléctrica Iberdrola ha obtenido la Declaración de Impacto Ambiental favorable para la línea de 220 kilovoltios (kV) entre la subestaciones de Saladas (Elche) y Santa Pola que construye para Red Eléctrica de España (REE), empresa encargada del transporte de la energía.

Actualmente Iberdrola cuenta en Santa Pola con una subestación alimentada a 66 kV y que tiene una potencia de 60 megavoltioamperios (MVAs) instalados. La construcción de la línea de 220 kV va a permitir la ampliación de la subestación, que va a pasar a contar con una potencia de 100 MVAs al instalar dos nuevos transformadores de 50 MVAs, y se deja la posibilidad de ampliar con un tercer transformador de similares características, en caso de que sea necesario. Actualmente, desde esta subestación da servicio a unos 60.000 clientes de Elche y Santa Pola. Con la ampliación queda garantizado el suministro para los próximos 20 años ante el futuro crecimiento de la demanda de la zona abastecida. La inversión de toda la actuación asciende a 30 millones de euros, sufragados por Iberdrola y REE.

Esta actuación podrá ser ejecutada gracias a que la Consellería de Infraestructuras Territorio y Medio Ambiente considera aceptable, en cuanto a los efectos ambientales, el proyecto de la compañía consistente en la construcción de una línea eléctrica de una longitud de 12.688 metros que atraviesa los términos municipales de Elche y Santa Pola.

La dirección General del Medio Natural ha emitido una declaración positiva de Impacto Ambiental, a la actuación que consiste en la instalación de una línea de primera categoría que busca paliar la actual saturación de la red de electricidad de los dos municipios.

Entre las consideraciones ambientales se expone que la línea viene condicionada por la diversidad de infraestructuras y construcciones presentes en la zona como el aeropuerto, carreteras, ferrocarril, urbanizaciones o zonas industriales. Pero hace especial mención sobre que en el ámbito del estudio se encuentra el parque natural de las Salinas de Santa Pola y el paraje natural del Clot de Galvany. Ambas zonas destacan por "albergar colonias de aves de especies con diversos grados de protección".

Por ello, la declaración de impacto ambiental se elige un trazado que, sin atravesar los espacios protegidos, "se aleja equilibradamente de las dos áreas de interés para la fauna mencionadas".

La linea tendrá un tramo subterráneo que discurre totalmente por áreas antropizadas con un total de 2.152 metros y 10.536 en aéreo. Según el documento de la conselleria respecto al tramo aéreo es la posible afección por colisión de aves puesto que el peligro de electrocución "queda eliminado por las características de la linea". Además se prevé la instalación de dispositivos salvapájaros en todo el tramo aéreo.