El sonido de los tambores y cornetas, el olor a velas, el fervor y la solemnidad volvieron a inundar ayer por la tarde las calles de Elche con las procesiones del Domingo de Ramos.

Los costaleros dieron, un año más, lo mejor de ellos para portar los tronos con las imágenes y hacer que los ilicitanos vibraran con el inicio de la Semana Santa, al igual que hicieron los cofrades que acompañaron a las imágenes.

La primera hermandad en iniciar su recorrido fue la de Santa María Magdalena, Santísimo Cristo de la Agonía y María Santísima de la Amargura. Tras ella, salieron de sus respectivas parroquias la Cofradía de la Conversión de la Mujer Samaritana por Nuestro Señor; la Fervorosa y Venerable Hermandad de María Santísima del Mayor Dolor y San Juan Evangelista (procesión de las mantillas); la Cofradía María Santísima de la Palma; El Lavatorio y el Ecce-Homo.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con el encuentro entre el trono de Santa María Magdalena y Santísimo Cristo de la Agonía con la imagen de María Santísima de la Amargura que se produjo en la Plaça de Baix y que arrancó el aplauso de los presentes.

Los niños demostraron que son la cantera y el futuro de las cofradías participando activamente como fue el caso de La Samaritana donde un grupo de costaleros infantiles portó a hombros una cruz.

Los ilicitanos, un vez más, fieles a estas celebraciones y acompañados por la climatología, abarrotaron las calles para ver pasar las procesiones y mostrar la devoción que sienten por la Semana de Pasión. También, muchos turistas presenciaron el paso de las imágenes y no desaprovecharon la ocasión para fotografiar los tronos.