Lo que se prometía como una jornada laboral normal acabó convirtiéndose en una auténtica pesadilla para los empleados de una gasolinera situada en la calle Almansa, en el polígono industrial de Carrús, y especialmente para dos de ellos, que fueron atacados por tres rottweiler que se habían escapado de una nave emplazada en el entorno de la estación de servicio. Al final, el hombre y la mujer, un matrimonio de 50 y 52 años respectivamente, resultaron heridos en brazos, manos y piernas. «El susto ha sido muy grande, porque nunca te esperas que pueda pasar una cosa así, pero, dentro de todo, tenemos que dar gracias porque podría haber sido peor», confesaban en torno a las dos de la tarde las dos víctimas, a la salida de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Elche, donde habían formalizado la denuncia.

Los sucesos tuvieron lugar pasadas las siete de la mañana, cuando uno de los trabajadores, que había comenzado su turno media hora antes, iba a llenar el depósito del vehículo de un cliente. En ese momento, se vio sorprendido por tres rottweiler que se abalanzaron sobre él. Fue una furgoneta que se disponía a repostar la que, con su aparición providencial, consiguió disuadir a los animales. Para ese entonces, el resto de empleados, ­tres, que se encontraban en el interior del establecimiento junto a un cliente, alertados por los gritos del hombre, salieron al exterior «armados» con papeleras y pivotes para evitar que los tres perros continuaran con el ataque.

Sin embargo, en ese intervalo, uno de los animales también atacó a la mujer, esposa del hombre sobre el que se habían abalanzado los tres canes en un primer momento. A partir de ahí, los empleados se pusieron a salvo en el interior de la gasolinera, hasta que los perros abandonaron el lugar. No obstante, como señaló uno de los trabajadores que estaba de turno y que fue testigo de todo lo ocurrido, «uno de los perros, el más grande, que parece que era el más agresivo, siguió encarándose desde la calle, a través del cristal, durante un rato», e incluso detalló que «tuvimos que avisar a los clientes desde la megafonía de que no bajaran de sus coches por si volvían a aparecer los perros». El compañero de las víctimas confesó que «estábamos todos muy asustados y tratamos de curarles las heridas como pudimos, hasta que llegó la ambulancia, a la que parece que avisó el conductor de la furgoneta».

El hombre de 50 años resultó herido, como consecuencia de las mordeduras, en una mano, en el brazo y en una pierna; mientras que la mujer, de 52 años, presentaba también lesiones en un brazo. Ambos fueron trasladados al Hospital del Vinalopó, donde recibían el alta una hora más tarde, después de que el personal médico les administrara la vacuna antitetánica y antibióticos.

«Yo estaba sólo en la pista y me dirigía hacia un surtidor, cuando desde una esquina aparecieron tres perros que venían corriendo hacia mí. A partir de ahí, uno me dio un bocado en el muslo y yo comencé a darle patadas, pero del movimiento me caí al suelo y fue cuando empezaron a atacarme los tres animales», relataba a mediodía el trabajador de la gasolinera que resultó herido. Además, concretó que «no sé si fueron dos o tres minutos porque se hizo interminable y sólo intentaba que los perros no me mordieran en el cuello, en la cara o en la cabeza». Por su parte, la mujer apuntó que «oímos jaleo fuera y, cuando salimos, vimos a mi marido en el suelo. Por eso, fui corriendo para intentar que dejaran de atacarlo y fue entonces cuando el perro más grande se vino detrás de mí». En este sentido, comentó que «salí corriendo sin pensar en las consecuencias porque era mi marido el que estaba en el suelo», y añadió que «en ese momento no te da tiempo a pensar en nada».

«No ha existido mala praxis»

Desde la empresa de calzado, su abogado señaló que los animales habían escapado por un butrón y puso el acento en que «no ha existido mala praxis, ya que hay una persona que se encarga del cuidado de los perros; tienen su seguro y microchip y están vacunados; y, además, hay dos vallas para evitar que se escapen y el recinto se examina todos los días». De hecho, indicó que «se están inspeccionando las instalaciones para ver si ha habido algún tipo de robo».

No obstante, desde algunas mercantiles situadas en el entorno de la nave de la que se «fugaron» los perros, algunos responsables y empleados afirmaron que «ésta no es la primera vez que se escapan los perros, e incluso muchas veces ha tenido que venir la Policía Local».

La agresión a los dos empleados de la gasolinera fue muy comentada entre las empresas de Carrús, hasta el punto en que en varias mercantiles aseguraban que otros trabajadores también se habían llevado un susto e incluso hubo más conatos de agresión, como entre algún empleado de una empresa de transportes o de otra mercantil de calzado. Además, un hombre que había ido a primeras horas de la mañana a dejar a su hermano en la fábrica de cartón en la que trabajaba denunció daños en su vehículo como consecuencia de los arañazos de los animales sobre la carrocería de su coche.

La Policía Local localiza a los canes

Los agentes de la Policía Local fueron los que localizaron a los perros tras el ataque. Desde la Policía Local señalaron que «ha sido relativamente fácil y, aunque llevábamos un rifle con dardos anestesiantes, no fue necesario utilizarlo». Los agentes llevaron los perros a la empresa e identificaron a su propietario. A partir de ahora, la Policía Local abrirá un protocolo sanitario, de forma que el propietario tiene 48 horas para enviar un informe del veterinario que se deberá repetir en el plazo de diez días. También se abrirá uno administrativo para ver si los perros tienen la documentación en regla, microchip y seguro. La Policía Nacional será la que investigue si hubo negligencia.

Fotogramas de una agresión

Una desagradable sorpresa para comenzar la mañana

La agresión quedó reflejada con todo lujo de detalles a través de las cámaras de seguridad de la estación de servicio. Los animales sorprenden al empleado desde una esquina y se abalanzan sobre él hasta que llega una furgoneta. Posteriormente, los otros tres trabajadores y un cliente que estaba en la cafetería en esos momentos salen al exterior del establecimiento con papeleras y pivotes para tratar de poner freno al ataque. Es entonces cuando el único perro que queda en la pista agrede a la mujer, aunque logra escapar. Los otros dos perros, para ese entonces, ya están en la parte de detrás de la gasolinera, frente al túnel de lavado.

El detalle

De vuelta al lugar de los hechos para ver los vídeos

Las dos víctimas, tras salir del Hospital del Vinalopó, donde recibieron asistencia sanitaria, volvieron a la gasolinera para ver los vídeos que recogían las imágenes de la agresión, tal y como confesaron a mediodía, tras interponer la denuncia. «Hasta que no vimos los vídeos, no fuimos muy conscientes de todo lo que había pasado», puntualizaron.