Hay números "mágicos" como el 7, números unidos a la buena o la mala suerte, como el 13 y hay números favoritos, como el 9 que es el mío. Pero también existe la magia de los quebrados y se nos va a permitir una licencia numérica puesto que al hablar de quebrados no nos estamos refiriendo a fracciones decimales sino a dos números separados por una barra, y que realmente serían relaciones de porcentaje.

Hay un aforismo americano que es el del 5/95, que se interpreta como que el 5% de mis problemas me causa el 95% de mis dolores de cabeza. Y a la inversa. Los médicos, y sobre todo los cirujanos, entendemos muy bien esto. Afortunadamente vivimos en una época en que las habilidades quirúrgicas y la mejora de la tecnología hace que el número de complicaciones y sobre todo el de complicaciones serias sea muy bajo.

Pero este quebrado es válido para todos los órdenes de la vida. Los casos y situaciones normales se acumulan hasta completar ese "/95", pero son los "5/" los que te marcan e imprimen carácter. Es además el margen de tolerancia, pues si ese 5 se incrementara de manera notable, el nivel de presión como Atlas sosteniendo el mundo podría ser difícilmente soportable.

Otro quebrado mágico es el de 20/80, que también se conoce como el índice de Pareto y que de manera simple nos dice que el 20% de una acción produce el 80% de los efectos, mientras que el 80% restante sólo origina el 20% de los efectos.

Se puede expresar referido a muchos conceptos, reparto de riqueza, de productividad, "... el 20% de mi actividad me genera el 80% de mis ingresos y viceversa, el 80% de mi actividad solo me genera el 20% de mis ingresos...". Para el consultor americano Richard Koch, el principio del 20/80 es el secreto de lograr más con menos, siendo una pequeña proporción de lo que hacemos lo que realmente importa. Es lo que diferencia a los factores denominados "pocos vitales" de los "muchos triviales"; es decir, que el 20% de algo es lo esencial y el 80% es lo trivial.

Este quebrado se ha usado para intentar mejorar la actividad de las personas concentrando mejor sus momentos óptimos y reducir al máximo la tendencia a la procrastinación (¡vaya nuevo modismo!). Incluso se ha atrevido alguno a aplicar el 20/80 a los Apóstoles de Jesucristo en el sentido de que de los doce sólo el 20% eran los "válidos" (San Juan, San Pedro…) y el resto, el 80% contribuían a hacer el conjunto total.

Hay actividades en las que vemos que hay apartados más rentables unos que otros, los del 20% de actividad para conseguir el 80% de recursos. Pero en muchos otros, sobre todo en los que el trabajo en equipo es la base, todos los apartados son absolutamente necesarios. En ellos no nos vale este quebrado mágico del 20/80: el 100% del equipo, del personal, de la actividad y de los procedimientos es lo que hace que se consiga el 100% de los objetivos y beneficios. Si restamos del 100%, restamos de todo.

Fernando L. Soler Ferrández ( Médico Oftalmólogo)