El edil de Ordenación Urbana e Infraestructuras, Vicente Granero, y representantes de la Asociación de Afectados del Camp d'Elx, que aglutina a 216 familias y que solicita no tener que hacer analíticas y tener la calificación de vertidos de escasa consideración en sus viviendas, se reunieron ayer para buscar una solución al problema que arrastran desde hace años. Al término del encuentro, Granero anunció que, con el fin de agilizar la concesión de licencias de obras para las casas unifamiliares de nueva construcción, los propietarios deberán instalar un depósito estanco, que un informe de los servicios jurídicos municipales determinará qué criterios debe seguir, con el fin de que la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no ralentice el proceso. "La instalación de un depósito estanco garantiza que no haya vertidos y, por tanto, que las licencias para construir las casas no queden paralizadas como ocurría hasta ahora por el informe de la Confederación, ya que no será necesario", señaló el concejal. Los costes de estos depósitos, que oscilarían entre los 6.000 y los 12.000 euros, serían asumidos por los propietarios.

En cuanto a las viviendas ya consolidadas, tanto Vicente Granero como el presidente de la Asociación de Afectados del Camp d'Elx, Pablo Beneit, indicaron que se sigue trabajando para buscar una solución a este problema. De hecho, Beneit recordó que el colectivo continúa probando un sistema de fitodepuración totalmente ecológico, que ha encargado la empresa III Milenium Ecoagua a la Universidad de Murcia, con el fin de que la CHJ considere sus vertidos de escasa consideración. De momento, según avanzó Pablo Beneit, "los primeros resultados están siendo excelentes", por lo que confió en que la Confederación "autorice" este sistema.