El vestíbulo del Gran Teatro está a punto de acoger a unos "invitados" de excepción. La restauradora municipal, Gemma Mira, lleva varios días reparando unos gigantescos espejos procedentes del salón de baile que Antonio Pascual Ferrández tenía en su casa del Hort del Gat y que, en los últimos años, han ido "dando tumbos" de un almacén a otro. "El concejal de Cultura pensó en cambiar la decoración del hall del Gran Teatro y nos vinieron a la memoria algunas de las piezas que estaban almacenadas en una nave de Carrús, a donde se habían trasladado por falta de espacio tras iniciarse la remodelación del Museo Arqueológico.

El concejal vio los espejos y le gustaron, porque además tienen unas ornamentaciones florales que combinan a la perfección con la decoración interior del teatro, con ese ambiente romántico que nos recuerda a los teatros del siglo XIX y a los italianos de la centuria anterior", indicó la restauradora, quien apuntó que la idea que maneja el Ayuntamiento es que el vestíbulo del teatro municipal también exhiba un tresillo y una consola de aquel mismo salón de Antonio Pascual que aún se conserva, "siempre que queden bien", aseguró Mira.

Las tareas de restauración de los espejos, que se pretende que concluyan esta misma semana para proceder a su instalación cuanto antes, se circunscriben a la limpieza y consolidación del pan de oro de la enmarcación "porque si bien es cierto que faltan fragmentos, la intención no es recomponerlos, sino conservar el original. Para ello se está limpiando la superficie y consolidando y protegiendo los dorados que no han sido repintados y que alternan las zonas bruñidas con las mates".

A pesar de que no hay documentación que avale la fecha de elaboración de los espejos, que alcanzan casi los tres metros de largo, la restauradora cree que los mismos pudieron ser fabricados en los años 40 del siglo pasado "y gente próxima al anterior propietario cuenta que los encargó a una fábrica de Albacete y que pagó por ellos un millón de pesetas de la época, aunque son una magnífica imitación de los del siglo XVIII y suscitan dudas sobre su auténtica antigüedad". Otro de los elementos que se pretende incluir en el nuevo mobiliario del vestíbulo del Gran Teatro es una consola del mismo salón de baile que sigue los mismos parámetros decorativos que los espejos.

"También está adornada con elementos dorados, aunque en este caso sí ha sido repintada y ahí la dificultad estribará en eliminar las capas de pintura exteriores y recuperar el pan de oro original, aunque se trata de una lámina muy fina y muy delicada que no sabemos si podremos sacar a la luz", indicó Mira. Además, ayer se llevó hasta el Gran Teatro un tresillo también de la época.