Hoy día, basta con mirar la televisión, escuchar la radio o leer la prensa para conocer la previsión meteorológica de los días sucesivos pero, antiguamente, cuando no existían estos mecanismos modernos que lo hacen posible, los agricultores utilizaban el método conocido como cabañuelas, para determinar qué días iba a llover y cuáles no. Tras la última medición en el Camp d'Elx, el pasado 24 de agosto, los agricultores han determinado el tiempo que nos depararán los próximos meses.

Según el agricultor Pascual Román, en lo que resta de mes, es posible que aun caigan algunas gotas de lluvia. Este experto en mirar al cielo asegura que, para lo que resta de año, las cabañuelas pronostican "un mes de octubre lluvioso, mientras que noviembre y diciembre será revueltos, aunque no lloverá mucho". Román lamenta que llueva en octubre porque señala que "perjudica seriamente a las granadas". Por otra parte, estima que los primeros meses del próximo año serán "fríos y muy secos", aunque asegura que "en marzo y abril lloverá en abundancia, lo cual será muy beneficioso para el campo, en especial para las verduras y hortalizas como la alcachofa, habas, brócoli o la coliflor". Este agricultor ha realizado las cabañuelas en Elche y las pedanías de Asprillas, La Marina y Daimés.

Este método de predicción está basado en la observación de los vientos, las nubes o la mareas y su sistema de medición es relativamente sencillo. El día 1 de agosto corresponde al mismo mes de ese año, el día 2 al mes de septiembre, el 3 a octubre, 4 a noviembre y así sucesivamente, hasta el 13 de agosto, día en que se cuenta hacia atrás, por lo que el 14 corresponde a junio, el 15 a mayo, el 16 a abril y así hasta el día 24, día en que se realizó la última predicción.

Pascual Román acude al campo cada día y anota en su libreta todos los datos referentes al agua de lluvia para, a continuación, comprobar si las predicciones para ese mes han sido acertadas. En la mayoría de ocasiones, explica "llueve tal y como decían las cabañuelas". Este agricultor cree que "hay que seguir esta tradición para que no se pierda". Entre tanto, él seguirá mirando al cielo para anticipar, como si de una estación meteorológica se tratase, la llegada de las lluvias.