Vecinos y trabajadores de las playas de Arenales han elevado la voz para denunciar el mal estado en el que se encuentran algunas zonas de la costa, ya que uno de los símbolos del litoral ilicitano, las dunas, sufre desde algunos veranos la dejadez de muchos de sus usuarios, que llenan de basura la arena durante los meses de verano.

El deterioro de este espacio natural, sin embargo, no alcanza el mismo grado en toda la costa. Así, las dunas ubicadas a la izquierda de la pedanía, en dirección a El Altet, son las que peor aspecto presentan. Allí, los restos de comida, bolsas de plástico, envases, paquetes de tabaco, botellas y sobre todo matorrales, se amontonan a ambos lados de la pasarela de madera que se adentra por entre el arenal.

Al otro lado del casco urbano, en dirección Santa Pola, el panorama no presenta un aspecto tan descuidado. Aunque sí existen restos de basuras, la vasta extensión de dunas y vegetación hace que los desperdicios estén mucho más dispersos, debido a que la suciedad se almacena casi exclusivamente en torno a la extensa red de pasarelas de madera que atraviesan este paraje.

Entre los usuarios hay diversidad de opiniones, aunque se impone la idea, sobre todo entre hosteleros y trabajadores de la zona, de que las dunas debería de estar mucho más limpias. "Se ven sucias, todo el mundo se queja. Además es curioso, porque mientras la playa se limpia a diario, de las dunas no se encarga nadie. Hace tres semanas vi a dos operarios de Urbaser, pero eso ha sido lo único en todo el verano", explica Sergio Gómez, gerente de un chiringuito. Esta opinión también la comparte Hugo Vázquez, otro hostelero de la zona. "La gente se queja pero no hace nada, aunque hubiese una papelera cada metro, seguirían tirando basura al suelo".

Otros trabajadores, como Francisco Zapardiel, echan en falta algún tipo de servicio que se encargue de la limpieza. "Nosotros este verano no paramos de llenar sacos y sacos de basura, pero ése no es nuestro trabajo. El Ayuntamiento debería hacerse cargo".

Sin embargo, entre muchos usuarios la opinión no es tan alarmante. "Tampoco está tan mal, aunque es cierto que mucha gente se pone bajo las pasarelas a hacer sus necesidades, y algunas tardes grupos de jóvenes comen y beben entre las dunas, dejando allí los restos cuando terminan", apunta Adolfo Caniego. A este parecer también se adhiere otra familia de bañistas. "Las playas no están mal. Es cierto que de vez en cuando se ven bolsas y restos de comida, pero somos muchos los que usamos estas playas".

En cualquier caso, como señalan fuentes municipales, el entramado de pasarelas que serpentean por entre las dunas, y que fue construido hace tres años, ha posibilitado la canalización del trasiego de personas, que ya no pisan la vegetación como sí ocurría hace algunos veranos, lo que repercute muy favorablemente sobre la cuestión ambiental.

Reacciones políticas

Después de que hace dos días el edil de Renovación Urbana, Daniel Rubio, visitase la zona y culpase de su mal estado al Gobierno central, administración de la que depende Costas, Héctor Díez, edil del grupo socialista, declaró ayer que "Daniel Rubio, debería dejar de lamentarse y hacerse fotos, y dedicarse a solucionar los problemas de los ciudadanos".

Díez también hizo referencia a la limpieza que los populares acometieron en la pinada de La Marina, y se preguntó "por qué no se encargan también de las dunas de Arenales". Por último, Ruiz exhortó a los populares a que "dejen de crispar a otras administraciones con los problemas que suceden en esta ciudad.