Furgonetas, tractores y alguna pala, junto a trituradoras, motosierras y desbrozadoras, configuran en los últimos días la postal de la pinada de La Marina con un objetivo muy claro: limpiar la zona y podar los pinos que allí se levantan. Para ello, como explican los vecinos, operarios de Ayuntamiento "cortan las ramas secas de los pinos, recogen la pinocha del suelo y colocan todos los restos en una fila para que pase la trituradora y que, de esta forma, puedan servir de abono para la pinada". No obstante, los troncos más gordos se retiran con camiones. Además, se está desbrozando la zona para eliminar la acumulación de maleza. Paralelamente, la brigada también ha podado las ramas secas de las palmeras.

Los vecinos de la pedanía no podían ocultar ayer por la tarde su satisfacción. Un jubilado que paseaba por la pinada aseguraba que "hacía muchos años que no se podaban los pinos. Desde que crecieron, se dejaron abandonados. Por eso, es una buena noticia que por fin hayan comenzado a limpiar la zona, ya que así da más gusto pasear". Además, añadía que "ahora sólo faltan que los trabajos continúen en los próximos días y que dejen igual de limpia toda la pinada".

Por su parte, desde la asociación de vecinos Pinomar, el vocal de Medio Ambiente, Juan Menargues, reconocía que "ésta era una de las reivindicaciones más antiguas de los vecinos porque hacía más de 30 años que no se hacía nada, y la pinada ya estaba muy abandonada".

Juan Menargues recordó que, "hasta ahora, lo único que hacían las administraciones eran pasarse la pelota unas a otras, pero nunca se hacía nada", e hizo hincapié en que, "después de tanta lucha, parece que las denuncias han servido para algo".

De momento, los funcionarios municipales ya han comenzado a actuar en una de las áreas situada junto al camino que da acceso a la playa de La Marina. "Ahora esperamos que los trabajos sigan avanzado y lleguen a toda la pinada", confesó el vocal de Medio Ambiente del colectivo vecinal. En este sentido, Juan Menargues recordó que el estado en el que se encuentra la masa forestal "es un peligro, sobre todo cuando llega el verano, con los incendios, como ya ha pasado otros años en El Rebollo" y puso el acento en que, con este "lavado de cara", el lugar "resulta más agradable para todos, tanto para los vecinos como para la gente que viene de fuera, ya que permite disfrutar del entorno".