La cautela, el recelo y, especialmente, la incertidumbre marcaron ayer la jornada de todos los agricultores de la provincia de Alicante, que temen que la intoxicación detectada en Alemania por los pepinos pueda hacer caer aún más los precios de las frutas y las verduras españolas. Y es que, aunque la agricultura posiblemente sea uno de los sectores más acostumbrados a las crisis y a los vaivenes del mercado, todos coincidieron en que, de no aclararse las circunstancias en las que se produjo la contaminación de los pepinos por la bacteria Escherichia coli, la noticia podría llegar a hundir a un sector que en la provincia exporta el 80% de la producción y, concretamente, un 25% a Alemania, seguido por otros países como Francia, Reino Unido y Holanda. A juicio de los responsables de los colectivos agrarios, los cultivos que están en plena campaña en estos momentos son los que más peligro corren, como las patatas, limones, naranjas o brócoli, en la Vega Baja; brevas y pimientos, en el Camp d'Elx; cerezas en l'Alcoià o El Comtat; o nísperos y naranjas en la Marina Alta y la Marina Baja.

En cualquier caso, cultivadores y exportadores evitaron por el momento hablar de pérdidas hasta ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos días y, por encima de todo, aseguraron que es "imposible" que la contaminación de los pepinos procedentes de Almería por la bacteria Escherichia coli, que ya acumula seis muertes en Alemania, se haya producido en la fase de producción. En este sentido, todos insistieron en que las cosechas españolas cuentan con unos estrictos controles de calidad y un sistema de trazabilidad que permite registrar e identificar un determinado producto desde su nacimiento hasta su destino final con un código de barras.

El presidente de Jóvenes Agricultores-Asaja Alicante, Eladio Aniorte, lo tenía ayer muy claro: "Ésta es una noticia envenenada para los agricultores españoles, ya que todavía no hay nada que demuestre que la bacteria ha salido de España". Aniorte indicó que, en estos momentos, las zonas de la provincia en las que se producen pepinos son Pilar de Horadada, San Miguel de Salinas y Elche, aunque en este último caso se suelen destinar al consumo local. Sin embargo, admitió que la "crisis del pepino" puede afectar a todas las variedades de frutas y verduras, ya que, a su juicio, "aunque los agricultores de la provincia ya han creado una fidelización con sus compradores, el consumidor final puede dejar de adquirir nuestros productos".

También el presidente local de Asaja en Elche, Pedro Valero, se expresó en este mismo sentido: "En caso de que esta cuestión no se solucione, va a tener repercusión en todos los productos agrícolas, por los efectos psicológicos que produce en el consumidor, e incluso la gente se retrotraerá en la compra en el mercado nacional". Por eso, pidió a las autoridades españolas y europeas que "hagan una campaña a favor de la producción española para recordar las garantías que tiene y los controles por los que pasa". Es más, el responsable de la Unió de Llauradors i Ramaders en Elche, Santiago Pascual calificó de "faena" la noticia y afirmó que "con todos los controles a los que se somete la producción española es imposible que pueda salir de España un camión contaminado. Por eso, es injusto que se atribuya la contaminación a los agricultores españoles, ya que los daños pueden ser irreversibles".

La opinión en algunas de las principales cooperativas de la provincia tampoco difería mucho de la de los responsables agrarios. El gerente de la cooperativa Cambayas de Elche, Andrés Irles, insistía ayer en que "es un problema muy grande porque los alemanes, a la mínima, aprovechan para hacer campañas muy fuertes contra la producción española y eso puede ser catastrófico porque recuperarse después es complicado, y el 25% de la producción de Elche suele ir a Alemania". Además, indicó que esta noticia puede afectar a la exportación de melón y sandía que comienza en un par de semanas.

El director de la cooperativa Agrícola de Altea, José María Pérez, prefirió mostrarse "cauteloso" por el momento, a la espera de tener más datos, pero reconoció que, "con esto, está en juego la credibilidad de toda la producción nacional". En su caso, ahora están centrados en la campaña de naranjas y nísperos, que llegan a Alemania, Francia, Bélgica o Italia. Por ello, afirmó que "el peligro es que el temor llegue al consumidor final, porque eso puede hundir los precios, pese a los controles", e instó a las autoridades a que averigüen de dónde ha surgido el problema, ya que, como destacó, "los productos españoles tienen las máximas garantías".

Finalmente, el presidente de la cooperativa Cerezas Montaña de Alicante, Marcos Simón, tachó de "barbaridad" la noticia y subrayó que "no es posible que los pepinos se hayan contagiado en España porque todos llevamos unos controles muy estrictos y los máximos perjudicados por esto somos nosotros". Así, admitió que "estamos preocupados, pero hay que esperar".