Más de 200 niños del colegio público Miguel Hernández fueron evacuados ayer por la mañana ante la sospecha de que se había producido un escape de gas.

Finalmente, todo quedó en un susto porque no se produjo ninguna fuga de gas inflamable y a los pocos minutos, tanto alumnos como profesores pudieron regresar a sus aulas tras comprobarse que nadie corría ningún peligro.

Poco después de las 10 de la mañana, en la segunda planta del colegio y en algún que otro pasillo, se empezó a comentar que olía a gas. De hecho, una profesora señaló que se sentía cómo si empezara a marearse.

Ante esta sensación que se iba extendiendo por las instalaciones, el profesorado optó por ser precavido e iniciar una evacuación del alumnado, al tiempo que se daba aviso al 112.

Según explicaba ayer la directora del centro, Pilar Ferrer, en apenas dos minutos todo el alumnado estaba en el patio, en el extremo más alejado del edificio y junto a todos sus profesores, los cuales llevaban chalecos identificativos.

En el centro sonó una alarma distinta a cuando se sale del patio y los docentes explicaron que iban a evacuar el centro. En este punto, algunos niños preguntaban si se trataba de un simulacro, a lo que sus tutores respondieron que eso nunca se sabía y que había que actuar como estaban entrenados.

De hecho, este centro es veterano en este sentido, sobre todo el pasado año, cuando realizó un cursillo de prevención en el que participó buena parte del profesorado actual, y también, posteriormente, el alumnado.

De hecho, éste y otros muchos centros, según informaron ayer fuentes de la Policía Local, trabajan conjuntamente con ellos y con Bomberos para preparar planes de prevención en estos casos.

Precisamente, gracias a estos protocolos, el comportamiento del alumnado y el profesorado de este centro ayer fue ejemplar, tal y como señalaron fuentes policiales.

Desde el centro se destacó a su vez la rapidez con que Bomberos y fuerzas de seguridad se personaron en el lugar para garantizar la seguridad en el centro.

Los alumnos, una vez en el patio, pasaron a otro espacio para resguardarse del calor del Sol, e incluso se optó por sacarlos del recinto del centro y alejarlos así del colegio mientras los Bomberos inspeccionaban las instalaciones.

Al parecer, el fuerte olor procede de las tuberías o alcantarillado, por lo que se iba a solicitar desde el colegio la presencia de técnicos para ahondar en el problema.

Según explicaron ayer los bomberos, que recibieron el aviso sobre las 10.20 y hasta el lugar desplazaron un total de 8 efectivos, los desagües también son espacios donde se genera metano y, por tanto, lo normal es que se pensara que se había producido la fuga de algún gas peligroso.

Finalmente, sobre las 11 horas, todo volvió a la normalidad, los alumnos volvieron a sus clases y se reanudó la jornada lectiva normal. No obstante, muchos padres acudieron al centro preocupados por lo ocurrido y algunos optaron incluso por llevarse a los niños a casa tras el susto.