El colegio La Hoya es, desde hace unos cuantos meses, un centro que abre prácticamente de 9 de la mañana hasta incluso las 22.30 horas de la noche. No todos los días, pero no por ello deja de ser un centro que da ejemplo y que apuesta por integrarse en el núcleo urbano donde se asienta.

Ello lo consigue poniendo a disposición buena parte de sus recursos y aulas para todos los vecinos, tengan o no vinculación con el centro. Así por ejemplo, los residentes pueden acudir a la biblioteca del colegio y leer allí e incluso llevarse alguna publicación.

De igual modo, pueden hacer uso de las salas de informática, siempre que no entorpezca con las necesidades escolares, y de los espacios deportivos, si así lo requieren.

Pero la apertura y disponibilidad de este centro es tal que incluso da pie a que se pongan en marcha cursos específicos dirigidos a adultos, como el básico de internet y correo electrónico, otro de informática e incluso el exitoso de pilates, que se realiza los lunes y jueves en horario de 21.30 a 22.30 horas.

"Esto es algo por lo que habíamos luchado y nos faltaban los medios", declara la presidenta de la asociación de madres y padres de alumnos del centro, Dolores María Navarro.

Este colegio, que por nombre lleva San Antonio, cuenta con el apoyo de todos los colectivos y asociaciones de la pedanía y se ha convertido en un motor dinamizador de la misma.

Pero además de ofrecerse al exterior, el colegio sigue apostando por cuidar el interior. En este sentido la gran mayoría de sus profesores se han reciclado en temas de nuevas tecnologías, de manera que si hasta hace poco la pedagogía mediante pizarras digitales era algo del futuro, ahora es más que cotidiano.

Además de estar muy bien dotado de ordenadores, en todas las aulas, en las mesas de los docentes y en número de sobra para los alumnos, cada unidad cuenta con su pizarra digital. Esto ha ido acompañado de una reforma de los contenidos adaptados a las nuevas tecnologías y un consenso con las editoriales que suministran no sólo libros, sino también programas informáticos.

"Hasta la Religión se da aquí en pizarra digital", señala un profesor, que además recuerda que el centro cuenta con un programa de altas capacidades para atender a los niños más sobresalientes. De hecho 6 alumnos han sido diagnosticados así y otros 13 como talentosos.

Paralelamente, el centro ha querido poner las pilas a los alumnos con otro programa específico para mejorar su comprensión, sintaxis, lectura y escritura.

Por si fuera poco, el colegio ofrece clases de inglés con personal nativo fuera del horario escolar a grupos de voluntarios. Este centro con 38 adultos trabajando para 415 niños, y que en la última evaluación de la Conselleria de Educación ha subido más de cien puestos en las pruebas de matemáticas y lingüística, también oferta un sinfín de actividades extraescolares.

Así, de nuevo, el colegio estira su horario normal con talleres o cursos de gastronomía, decoración, judo, gimnasia rítmica, teatro o deportes.

Y el centro se prepara ya para lo próximo que vendrá: una escuela de música y bailes de salón.