La clásica distinción entre estudiantes de ciencias y letras está quedando, poco a poco, desfasada. En ello han contribuido iniciativas como la llevada a cabo en el instituto Sixto Marco con alumnos de tercero y cuarto de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), que ya son conscientes de que las matemáticas, las formas geométricas basadas en ellas, las proporciones y, en definitiva, los números están en todo lo que nos rodea en la vida cotidiana, incluyendo la naturaleza, tanto plantas como animales.

En esta jornada del centro, llevada a cabo el sábado, los propios alumnos se encargaron de exponer, ante una audiencia atenta, los trabajos de investigación que ellos mismos habían llevado a cabo y que mostraba la "influencia matemática" que se podía apreciar, por ejemplo, en una flor de cinco pétalos, que está basada en un pentágono al fin y al cabo.

Del mismo modo, los estudiantes abordaron formas como la que describe la parábola y que puede apreciarse en un lugar tan céntrico en Elche como el puente de Canajelas. Asimismo, trataron la presencia de las matemáticas en los mosaicos y formas de algunos suelos, así como en conocidas obras de arte, y hasta en la espiral que forman las conchas de los caracoles.

Todo ello forma parte de las primeras Jornadas de Matemáticas en Familia celebradas en el instituto Sixto Marco y en las que participaron un total de 31 alumnos del centro junto a sus padres, que asistieron con curiosidad a las exposiciones de sus hijos, y que trataron de resolver los entretenidos retos de después.

El jefe del departamento de Matemáticas del "Sixto Marco", Israel Mercado, que, junto con la profesora Erundina Pérez, se encargó de coordinar las jornadas, destacó el éxito de la iniciativa ya que en ella tomaron parte el total de alumnos y casi todos sus padres con lo que el aforo estuvo casi completo.

Según explicó el docente, el objetivo de esta iniciativa era que, primero los alumnos con su trabajo previo y, posteriormente, sus padres, se dieran cuenta de que las matemáticas están alrededor. Para así, que puedan realizar una mirada matemática a lo que nos rodea.

De esa forma, los estudiantes pueden dejar de considerar las matemáticas como una materia tan abstracta y la ven como algo más tangible. De hecho, ellos eran los primeros en reconocer que estos trabajos les han ayudado a encontrar peculiaridades y cosas en la naturaleza "muy interesantes".

También los padres se quedaron sorprendidos por los trabajos, y además de considerar la iniciativa positiva a la hora de acercar las matemática a sus hijos, la valoraron como "interesante porque también es bueno que sepan exponerlo ante un público".

En este sentido, Israel Mercado resaltó la habilidad de los alumnos que, además, realizaron su explicación de una forma clara y concisa, en poco tiempo, tal y como se les solicitó. De hecho, el balance ha sido tan positivo que ya se piensa en repetir. "Han sido las primeras pero no serán las últimas", expresó Mercado.

Además de las exposiciones, los estudiantes celebraron un almuerzo en el que todo se organizó siguiendo formas matemáticas. Desde las mesas en las que se dispuso el almuerzo, que eran una clara representación del Teorema de Pitágoras, a los saladitos, que dibujaban la espiral de Fibonacci, construida a partir de una serie de números y de la existencia de numerosos ejemplos en la naturaleza, como puede ser la disposición de las pipas en un girasol. Todo ello pasando por las formas geométricas de la elipse y el círculo en las que estaba cortado el fiambre o las formas poligonales que se encuentran al partir en dos transversalmente una manzana.

La mañana terminó de manera lúdica, con la resolución de retos matemáticos, unos juegos tipo rompecabezas que se solucionaban con la colocación de las piezas correctas en unos lugares determinados y que mantuvo a estudiantes y padres entretenidos durante un buen rato, tratando de encontrar la posición idónea.