El Hospital General de Elche acogió ayer la II jornada de atención al ictus con el objetivo de poner en relieve los avances en el tratamiento de esta patología en su fase aguda, algo relevante si se tiene en cuenta que es la principal causa de mortalidad en mujeres de edad adulta, la principal de incapacidad y la segunda en demencia.

Jordi Alom, jefe de sección de Neurología explicó que el hospital ha dotado al servicio de nuevos recursos que van a permitir aplicar tratamientos trombolíticos a los pacientes con ictus agudo (el ictus es un accidente vascular cerebral producto de la interrupción del flujo sanguíneo y en él se engloban los accidentes vasculares cerebrales isquémicos, es decir, trombosis y embolias, y los hemorrágicos) en las cuatro horas y media primeras. Para ello se ha incorporado al servicio un neurólogo más y se ha aprobado una guardia localizada, algo que en la práctica será la primera fase de creación de una unidad de ictus que requeriría más recursos.

La jornada de ayer fue presentada por Amparo Rufino, directora de Asistencia Sanitaria de Zona de la Agencia Valenciana de Salud, acompañada por el gerente del hospital ilicitano. Entre los ponentes estuvo Jordi Matías-Guiu, catedrático de Neurología y jefe de servicio de la especialidad en el Hospital Clínico de Madrid, quien habló de "La estrategia en ictus del Sistema Nacional de Salud", de la que fue coordinador.

Alom aseguró que "sabemos desde hace algunos años que el tratamiento trombolítico en las primeras cuatro horas y media puede hacer que el vaso taponado se repermeabilice y se revierta la clínica del paciente en un porcentaje alto. Esto y la importancia del control de factores que puedan agravar el estado del paciente con ictus en fase aguda, como la tensión, la fiebre y el azúcar ha puesto de manifiesto la importancia de la creación de unidades específicas de ictus donde se puedan controlar desde las primeras horas todos los aspectos anteriormente citados y se pueda suministrar a los pacientes los cuidados adecuados".