U n hombre salvó la vida ayer casi de forma milagrosa después de que su avioneta se estrellara en alta mar y fuera rescatado a los pocos minutos por un pesquero santapolero que justo en ese momento navegaba por la zona donde ocurrió el accidente.

Antonio, de 50 años y que pilotaba en solitario su avioneta, sufrió únicamente heridas leves además de un golpe en la cabeza, todo ello pese a precipitarse desde gran altura al mar en un punto entre la isla de Tabarca y el cabo de Santa Pola, a unas dos millas de este último.

Los hechos ocurrieron pocos minutos después de las 15.30 horas, según relataron sus salvadores, la tripulación del barco Vicente Martínez «El Roch». Al parecer, y según les explicó el náufrago, la avioneta, bien sufrió algún tipo de avería, bien se quedó sin combustible, por lo que inevitablemente cayó al mar. La pericia del piloto hizo que fuera a intentar un amerizaje frustrado lo más cerca posible de la isla de Tabarca, donde al parecer se dirigía para practicar un aterrizaje de emergencia en suelo firme en vista de las condiciones que presentaba la aeronave, según se desprende de lo que el accidentado comentó. El caso es que la tripulación del barco, que se dirigía a puerto, comprobó cómo a unos 150 metros de la proa chocaba contra el agua un aparato. De inmediato se dirigieron al lugar y constataron cómo un hombre flotaba sin que hubiera rastro alguno de la avioneta.

Salvamento Marítimo mandó a la zona un helicóptero que se encontraba en Alicante y una embarcación, mientras que Cruz Roja también envió una embarcación y una ambulancia a Santa Pola.

Tras subirlo a bordo de «El Roch» enfilaron hacia el puerto al tiempo que se daba aviso a la Cofradía de Pescadores, de manera que tras veinte minutos de navegación, el hombre fue depositado en tierra y trasladado hasta el hospital de Elche. Fuentes sanitarias indicaron ayer por la tarde que el hombre sufría hipotermia y heridas leves, por lo que en unas horas podía recibir el alta hospitalaria.