El Ayuntamiento de Elche exigió ayer a la Generalitat Valenciana que adopte las medidas necesarias para evitar que el parque natural de El Hondo desaparezca como enclave de referencia medioambiental, después de que esta semana haya trascendido la muerte de miles de peces muertos encontrados en uno de los dos embalses que conforman este ecosistema y que, además, está prácticamente seco.

"Exigimos una respuesta contundente al gobierno valenciano", llego a manifestar ayer el alcalde ilicitano, Alejandro Soler, quien agregó que "no vamos a consentir que desde el punto de vista medioambiental el parque muera por la desidia", en alusión a la Conselleria de Medio Ambiente.

El Ayuntamiento de Elche se posicionó ayer de nuevo al lado de Riegos de Levante, tras denunciar éstos la situación por la que atraviesa el parque, la más crítica en las dos últimas décadas según los regantes, y quienes responsabilizan de lo que está ocurriendo de manera directa al Consell.

El alcalde y el concejal de Medio Ambiente, Alejandro Pérez, recibieron ayer en el Ayuntamiento a Manuel Serrano, presidente de Riegos de Levante, al que le trasladaron toda su solidaridad ante este problema en el que, según Alejandro Soler, "la Generalitat está haciendo caso omiso".

"La dejadez, desidia, incapacidad y falta de interés está abocando a su desaparición pese a las continuas denuncias de Riegos de Levante", manifestó el primer edil, quien también advirtió que el parque natural "se está llevando a su fin desde el punto de vista de ecosistema e imposibilitando el riego para los agricultores".

En esta misma línea Alejandro Soler expresó que "no vamos a consentir que el parque muera por la desidia" de la Generalitat.

Por su parte, Manuel Serrano anunció que si el embalse de Levante está prácticamente seco y con una gran mortandad de peces, "en 15 ó 20 días va a ocurrir lo mismo en el embalse de Poniente".

El presidente de Riegos de Levante quiso recordar que El Hondo es un parque artificial, ya que para que entre agua hay que impulsarla con bombas y con un gran coste de electricidad. Precisamente, el conocido como decreto de la malvasía impide cambios bruscos de agua entre el 1 de febrero y el 31 de agosto, con lo cual desde principios de año no han entrado recursos hídricos a este enclave más allá de las lluvias.

Esta realidad, junto con el hecho de que desde junio se haya evaporado una media de dos centímetros al día, según indicó ayer Serrano, ha llevado a que apenas quede agua en el embalse de Levante, falte oxígeno, se incremente la acumulación de sales y, definitiva, se haya generado este episodio de mortandad de peces.

El presidente de Riegos de Levante recalcó por tanto que a esta situación no se ha llegado por culpa de los regantes, ya que no han sacado ni una gota de agua, cumpliendo con la legislación vigente.

Manuel Serrano aseguró que hasta ayer por la mañana nadie de la Generalitat Valenciana se había puesto todavía en contacto con Riegos de Levante pese a la dimensión del problema.