En estos momentos, no hay duda de que el Misteri sigue siendo uno de los símbolos de la ciudad y que sus representaciones de agosto siguen despertando la emoción de las miles de personas que, cada año, pueblan la basílica de Santa María. Sin embargo, en tiempos difíciles para la economía, los sentimientos y el bolsillo parecen caminar por senderos distintos, y su taquilla no ha logrado escapar de las fauces de la crisis.

Al menos, eso es lo que se desprendía ayer, dos horas después de que la Casa de La Festa abriese sus puertas para sumarse a la oferta por Internet, en la venta de entradas para las representaciones extraordinarias. Hasta ese instante, todavía quedaban libres 581 localidades del día 11, 530 para el 12 e, incluso, 330 para el 13 que, por su cercanía con la Nit de L'Albà, otros veranos, se agotaban en pocas jornadas.

A pesar de estas cifras, la tesorera del Patronato del Misteri, María Dolores Asencio, sigue confiando en que las compras de última hora, la ausencia de colas, el mantenimiento de los precios del pasado año y el uso de las nuevas tecnologías terminen animando a la gente. Por eso, mantiene la esperanza de que las cifras "se acerquen a las de años anteriores" y afirma que esperará hasta que se cierre la venta antes de realizar balance .

Hasta el mediodía de ayer, una treintena de personas se acercaron hasta la Casa de la Festa.