No estaba presente, pero fue el auténtico protagonista del evento. La empresa ilicitana Mustang inauguró ayer su nuevo edificio en el parque industrial con la presencia de Pascual, Sergio, Santiago y María, los hijos de Pascual Ros Aguilar, quienes han cogido el testigo empresarial de su padre con el compromiso de mantener vivos los valores que el empresario ilicitano les trasmitió a lo largo de su vida y que ha permitido la consolidación de uno de los grupos más sólidos en el sector del calzado.

La ocasión contó con la asistencia de una multitud de empresarios, industriales, políticos, sindicalistas y de representantes del mundo social y académico de la provincia, pero sobre todo de muchos, muchos amigos que tuvieron presente la imagen y las enseñanzas de Pascual en todo momento.

Uno de los instantes más emotivos del acto se produjo con la intervención de Santiago Ros, quien se convirtió en el portavoz de la familia para agradecer públicamente los valores de abnegación, trabajo, esfuerzo, espíritu de superación, entrega y lucha trasmitidos por los auténticos pilares de la familia, Pascual y Conchita, y que de ahora en adelante servirán a sus sucesores para consolidar el inicio de una nueva etapa. Ros destacó el origen humilde de su padre y su tesón para caer y volver a levantarse. "Siempre fue inconformista, innovador y trabajador". El hijo del fundador de Mustang remarcó que la nueva etapa que se abre se basará en la cercanía con los clientes, en la óptima gestión de los recursos y en el valor de la marca.

En el acto también participaron el alcalde de Elche y la consellera de Agricultura, quienes agradecieron el esfuerzo del grupo empresarial en tiempos tan difíciles y animó a los actuales responsables de la firma a seguir por la senda marcada por Pascual Ros.

El turno de intervenciones concluyó con un audiovisual en el que se narraba la trayectoria profesional del fundador de Mustang, la creación de su primera empresa a los 17 años y sus vicisitudes empresariales. Ros aparecía en el video recordando que la "verdadera crisis es la incompetencia, la tragedia de no querer luchar para superarla". El aplauso fue unánime.